sábado, 24 de septiembre de 2016

El narrador de emociones

"El narrador de emociones" es el título del prólogo que ha realizado Fernando Savater para el cuento "Chiquilladas". 

Comenta que en el cuento una de las niñas a modo de juego dice a sus compañeros que todos aquellos que lleven un apellido terminado en "sen" no llegarán a nada en la vida. A esto se le conoce con el nombre de chiquillada "acción o dicho propio de niños o chiquillos".

"Chiquilladas" es tambien el titulo de un libro. Se trata de una recopilación de cuentos realizada por la editorial Anaya del escritor Hans Cristian Andersen y su apellido termina en "sen". 

El autor del prólogo dice que "muchas personas a lo largo de su existencia se pusieron ante él con brazos en jarra" para no dejarle pasar. Que se consideró como un patito feo y que tuvo que luchar con todo su potencial intelectual y con toda su sensibilidad para poder ser aceptado y admirado convirtiéndose así en un cisne salvador. Andersen dice el autor tuvo que ganarse y sin concesiones una a una cada una de sus glorias. 

Sus principios fueron humildes y modestos, aunque tuvo como verdaderos padres a Shakespeare y Scott que no le iban a dejar,ni rechazar ni maltratar así que virtieron sus dones sobre él.

Savater aludiendo a Eugenio d´Ors comenta que éste último decía que Andersen se parece mucho a Shakespeare en cuanto que es llamado "evocador de almas" porque sus personajes tienen esa cualidad espiritual que buscan no sólo actuar sino que sienten la necesidad de comunicar sus porqués, su situación en el mundo, sus confusiones, sus dudas y de participar en el mundo dando cuenta de sus emociones. Lo que le diferencia de Shakespeare es que sus almas no son solo de personas, sino de animales, plantas e incluso utensilios domésticos, material de escritorio, etc. Es decir, para Hans Cristian todo está lleno de almas y cada una de ellas viene a nosotros o bien para pedirnos explicaciones, plantearnos alguna cuestión, para solicitarnos protección o simplemente para hacernos sonreir o servirnos de ejemplo. Todo es significativo. Algo que sobresale en Andersen según el autor es que él nunca castigaba a los perversos sino que prefiere olvidarlos y de él dice que cuando se trata de "un moralista carente de castigar es algo digno y realmente precioso" aunque él ha llevado una vida que no ha sido correspondida con sus expectativas soñadas y de una "dureza de corazón entre quienes deberian ser hermanos o al menos cómplices que no tienen remedio ni apenas alivio en este bajo mundo. Es una rebelión dulce pero no carente de angustia, que no busca la revancha pero siente perpetua nostalgia de la imposible reconciliación y de todo lo sin ella perdido". Para terminar Fernando Savater nos dice que en este sentido se puede conceder a Hans Cristian Andersen el título de educador.


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