El final del verano llegó como dice la canción y comienza el otoño, y de nuevo la escuela. Se está intentando hacer hincapié en llevar a cabo los protocolos sanitarios pero hay que saber desarrollarlos de forma pedagógica. Es aquí donde la educación vuelve a tomar protagonismo porque influye mucho a la hora de la puesta en práctica saber como hacerlo bien sino da ansiedad y problemáticas. Aquí ya no es solo que se aumente el número de profesores, se reduzca el número de alumnado por aula, se utilicen mascarillas, y gel sino de aprendizaje, desarrollo, salud y de preparar bien, dar pautas para no estar descuadrados en la vida futura y formar igualmente de forma individual y global para que la persona se desarrolle y el sistema de las respuestas y funcione de forma adecuada.
Todo es complicado. Las organizaciones tienen que aprender y prevenir los inconvenientes que se presenten para saber actuar en el momento adecuadamente y además de tener una ética organizacional, en las escuelas, y en la sanidad no dar lugar a publicidades engañosas que distorsione y respetar las normativas para no actuar de una forma depradada y digamos corrupta.
La escuela y su ansiado regreso, garantizar la formación e igualmente la protección con dignidad. Con el COVID 19 algo ha cambiado, y más en las normas, a la entrada hay que tomarse la temperatura, el hidrogel, mantener la distancia, acompañar al alumnado y supervisar las aplicaciones de los protocolos, ver las medidas, los espacios, ventilar y desinfectar lo suficiente y de una manera estricta.
Caben muchas preguntas acerca de las medidas y de que hacer en caso de que el alumnado se quite la mascarilla, o no quiera gel, o abrace a otro. ¿Será el orientador quién explique esto de una forma aislada? ¿un profesor COVID? ¿Puede no ponerse mascarilla o llevarla en el cuello o por debajo de la nariz? ¿Y los recreos? ¿Los espacios son de forma burbuja? ¿Es necesario que los centros dispongan de servicio de enfermería? ¿Y este servicio tendría que tener pedagogia? ¿ Y los planes de contigencia? ¿Y el tema de las especialidades, del ejercicio?¿Cómo se aplicarán las medidas al alumnado que se quite la mascarilla, no se quiera lavar, abrace a otro? ¿Va a ser aislado, castigado?. Multitud de preguntas a las que hay que ir dando respuesta pero de una forma pedagógica, que significa calidad e integridad educativa.
Lo primero es la salud, proteger, dar seguridad, cumplir las normas e ir contemplando las peculiaridades, ver los escenarios de riesgo, las actividades prioritarias, las medidas de seguridad y las estrategias de protección, pero sin olvidar lo pedagógico en la escuela. Ir tomando anotaciones de las problemáticas e incidencias para darles respuesta educativa, de calidad, saber interpretar, analizar los problemas.
La escuela tiene que tener honestidad, no se trata de impunidad, de castigar, sino de esa ética que permita avanzar a la persona y que tenga la cualidad de reconocer y de saber porqué se produce, dónde está la incidencia, cómo se interviene y cómo se expone, hay que poner las cuestiones sobre la mesa, valorarlas, desarrollarlas, sino no vale de nada. La intimidación, las amenazas, el acoso, los ataques hacía las formas de proceder determinan también los principios que hay que seguir, que hay que desarrollar, que hay que fortalecer y promocionar.
Hay que saber que los directivos tienen que igualmente saber de organizaciones, y de construir integridad para que todos puedan forjar esa integridad a lo largo del camino. Muchos líderes viven muy bien en sus puestos pero si ellos no mantienen esa integridad es imposible que se forje. La realidad hay que igualmente motivarla, ilusionarla, hacerla fuerte, construirla con mucho trabajo y esfuerzo. Aquí se plantean problemáticas, la función del cómplice, la ética corporativa, la responsabilidad, analizar de una forma íntegra y ver las soluciones.
Las estructuras, es todo duro y complejo pero no hay que dejarse llevar, ni tampoco implantar medidas que no van a mejorar el camino, ver los límites, y plantear debates sobre la naturaleza real de las problemáticas.
Los directivos si saben hacerlo bien la organización se autorresponsabiliza y digamos que aún viendo errores el personal a su cargo se implica pero se hace necesario tener buenos líderes, buenos directivos.
Las teorías clásicas donde las personas carecian de decisión y de acción ya no sirven. Se necesitan buenos profesionales. Ser un profesional significa conocer, analizar, saber sobre lo que se va a construir y hacerlo con capacidad y responsabilidad. Hay diferencia entre ser un trabajador y un buen profesional. Para ser buenos profesionales además de conocimiento y experiencia se requieren habilidades y actitudes que permitan a la persona estar altamente desarrollada y formada pero sobre todo hay que disponer de valores éticos, morales y humanos lo que requiere ser buena persona, y eso es ser verdaderamente profesionales. Al saber y al hacer se une el ser.
Las relaciones son complicadas pero siempre más sencillas cuando se trabaja con profesionales, hay respeto y educación significando apoyo y entendimiento, formar parte de un equipo. Si lo unimos a ser buenas personas, hay además empatía y simpatía, comprensión, reconocimiento, ilusión, ganas de hacer, de avanzar, hay desarrollo.
Me gustaría exponer que los líderes y directivos son necesarios pero tienen que ser íntegros. Las funciones hay que saber desarrollarlas, coordinarlas para que funcionen bien, no para ser el jefecillo o jefecilla de turno sino para llevar a cabo tareas que son de mucha trascendencia.
Ser profesional requiere realizar funciones, seguir normas, jerarquía de mando, construir integridad, ir hacía adelante. Si la jerarquía de mando no construye integridad la colaboración y el equipo no existe, se puede ir hacía adelante pero no hay autorresponsabilidad de los implicados. Los empleados digamos a su cargo no se responsabilizan.
El ser buen profesional está unido a ser más perfecto, tener más aprendizaje, más experiencia, implicarse más pero igualmente a ser más ambicioso, querer conseguir más cosas, tales como cargos, títulos, dinero y para eso se hace también más esfuerzo y trabajo porque es un continuo desafío dado lo que es la sociedad, lo que es un equipo de trabajo, lo que es ser uno mismo. Se trabaja con personas, ya sean conocidas o desconocidas, pareja, amigos, familia, da igual, se pide profesionalidad, integridad. Y en la escuela, lugar de desarrollo de la integridad, lugar de inteligencia y cultura, los profesionales están para permitir y ayudar a que se desarrolle, se avance y se evolucione. Significa ser comprensivo y tolerante, ver las situaciones, las circunstancias, los distintos puntos de vista, ver los desarrollos evolutivos. No hay duda que hay que realizar un gran esfuerzo y trabajo por implantar una cultura profesional y de gran cumplimiento de la legalidad.
Para finalizar comentar que el problema radica cuando a pesar de esforzarse en asumir esta conducta de respetuosa profesionalidad y legalidad no se logran establecer los estándares, los logros en las personas para obtener de alguna manera los resultados esperados, ya sean de aprendizaje, de beneficio, de obtención o cosecución de aquello que se intentaba, a pesar de un trabajo duro, de esfuerzo y tiempo, de trabajo fisico, psiquíco, mental y no haberlo hecho realidad. Es una labor estresante e incómoda pero puede ocurrir. Siempre hay personas o bien que no se les permite ocupar el lugar que les corresponde por no verlas con esa profesionalidad íntegra o bien renuncian a ese lugar porque no quieren instalarse en él quizás por no aceptar las condiciones, el equipo que le corresponde, las formas o bien se les molesta, genera malestar de alguna manera para no llegar y poder hacerlo pero siempre harán el trabajo que tengan que realizar seguro asumiendo esa respetuosidad. El desánimo siempre está ante digamos lo que se permite, lo que se desea y lo que se considera en cuanto a calidad, interés y valia.