Hoy ha fallecido en Madrid la periodista Paloma Gómez Borrero. Fue la primera mujer corresponsal de TVE en el extranjero desarrollando gran parte de su trabajo en el Vaticano. En Italia se encargó al principio de la política pasando a especializarse en información religiosa. Fue galardonada con diferentes premios y escribió numerosos libros.
Ha sido un referente y toda una mujer de leyenda aportando información sobre los últimos papas trascendiendo en popularidad y transmitiendo siempre las noticias con mucho cariño y ternura. Amaba su trabajo siendo una maestra en lo suyo y reconocida por que a la hora de contar las cosas no ocultaba ni pasiones ni debilidades. A pesar de su edad era una mujer muy joven y con mucha fuerza tanto exterior como interior con una cara siempre sonriente y alegre ofreciendo con cierta picardía lo mejor de si misma aunque muchas veces la procesión fuese por dentro y se encontrase en situaciones dificiles no exteriorizaba su sufrimiento manteniendo siempre un semblante y una actitud positiva.
Ha sabido ganarse la confianza del Vaticano y nunca les ha traicionado. A pesar de ser un mundo muy cerrado y de hombres ella lo ha visto abierto y nunca se sintió discriminada pues "no era el sexo lo que tenía que privilegiar sino el hacer el trabajo lo mejor posible". Cuando contaba decía la verdad siendo los personajes que más la marcaron el Papa Francisco y Juan Pablo II.
Al Papa Francisco lo veía cercano. De él decía que era el San Francisco de Asis del siglo XXI y que era un hombre que cuando hablaba la gente le entendía y no era cuestión de idioma sino de calidez de su alma. Lo que mas le disgustaba es que la gente hablara mal de la iglesia solo por atacarla cuando hay muchisima gente con ejemplo de servicio y lo que destacaría de él es el peso que le da a la mujer con lo que la periodista está de acuerdo ya que las mujeres tienen "cada vez más relevancia en la iglesia" aunque ella por ejemplo nunca quiso ser cura y en su opinión "hay muchas mujeres que se hacen daño".
En relación con el Papa Juan Pablo II afirma que ayudó mucho a las mujeres con la siguiente frase:
"Comete adulterio de corazón quien trata a su mujer como un objeto de deseo y no como una hermana, una amiga, una esposa o una madre". A modo de anécdota recuerda que unos jóvenes le llamaron "Torero" por su forma de lidiar con los problemas y que otra vez le cantaron "Queremos pasta" y él lo interpretó como que querian espaguettis. Asegura que aún siendo creyente por su tipo de conciencia "hubiera preferido un Papa más abierto en cuestión de paternidad y maternidad responsable"
Las experiencias vividas la han motivado para escribir ofreciendo en sus libros distinta información especialmente acerca de Roma pero también creía en fantasmas, espíritus, almas en pena, seres del más allá y en sus libros quiso plasmar historias, testimonios y otras cuestiones de misterio de las que comentó haber sido testigo algunas veces y haber realizado una búsqueda exhaustiva otras.
Una vez jubilada siguió ejerciendo su trabajo participando en tertulias donde llegó a decir que de morir lo haría con las botas puestas y así ha sido con 82 años hasta hace unos días que sus compañeras le dijeron que tenía mala cara y ya la enfermedad no pudo detenerse. Con ese nombre que a veces la denominaron de "Espíritu Santo" a modo de sabiduria, amor y bondad lo que mas destacaba de si misma era el sentido de la responsabilidad porque se daba cuenta que " tenía que estar a la altura por lo menos de lo que la estaban pidiendo" y que ella como mujer y madre de tres hijos ha podido conciliar muy bien su vida laboral y familiar gracias a la buena voluntad de todos los que la rodearon.
