domingo, 25 de agosto de 2019

Carta a mis hijos

Hoy os dejo el texto de una carta que he encontrado en el libro "La imagen de tu vida" de "Javier Gomá Lanzón" titulado "Carta a mis hijos"

Trata sobre el ideal de ejemplaridad, dignificar la propia vida, la identidad y la imagen que muchas veces no se corresponde con el momento y no se quiere aceptar. La ejemplaridad de ser un buen padre y trascender pero que no es labor de un ser solo individual sino que siempre hay que contar con fuentes externas para que ese modelo conecte con las heridas en este caso que arrastra el autor y que le producen un vaivén de sentimientos y emociones. Nos explica que cuando cumplió los 51 años "mi padre a esa edad recibió la visita del demonio del mediodía y tomó algunas decisiones que […] abstrayendo ahora de la culpabilidad subjetiva, objetivamente derramaron abundante sufrimiento en su circulo familiar y abrieron una herida en mi corazón de hijo donde el hijo, la familia en general se sintió mal, desgraciada y no le parecía todo tan maravilloso. 

La carta es un reflejo de ejemplaridad, de lo que ha querido ser un padre. Hay frases muy reflexivas y que merecen un análisis y una comprensión para poder cuestionarnos actitudes, comportamientos y que no solo tienen que ver con la educación y la pedagogía sino con la vida en general. Cuando la persona vive se conoce su biografía desde que nace hasta que muere pero es algo que se muestra provisional. La verdad se conoce mucho más tarde.  Hoy coincide el texto con el cumpleaños de mi padre así que el post va dedicado a él.

"Queridos hijos míos:

Cuando leáis esta carta ya no estaré con vosotros en este mundo. He sido vuestro padre mientras vivía y no tengo intención de dejar de serlo ahora sólo porque me haya muerto. La paternidad no declina, ni siquiera por la circunstancia de la muerte. Aunque naturalmente muta y estas líneas son para explicar este cambio.
Como padre, una de mis ambiciones ha sido la de no estorbar demasiado. Si un padre no estorba el desarrollo natural de su hijo, ya contribuye positivamente a su educación. Tantos padres castrantes, autoritarios, frustrados y frustrantes, preferí no tener influencia sobre vosotros a tenerla excesiva o mala. No estoy de acuerdo con Platón cuando afirma que la descendencia es una forma de eternidad para los mortales. A la descendencia hay que dejarla en paz y no usarla como coartada, ni siquiera de eternidad. Nunca me formé un plan previo para vosotros que debierais satisfacer, así que tampoco hubo riesgo de que lo defraudarais. La naturaleza tiende a su propia perfección y así lo ha hecho durante millones de años antes de la aparición del homínido. Con esta confianza elemental en el impulso de la naturaleza, me senté a contemplar cómo ésta hacía su trabajo en vosotros y fui feliz testigo de vuestro maravilloso crecimiento.
Con todo, los hijos están al cuidado de los padres. De éstos dependen que los primeros no sólo crezcan, sino que crezcan sanos. Somos proveedores de vuestra salud. La del cuerpo, claro está, pero también la mental, sentimental y anímica. Emulando el magisterio de vuestra madre, cuidé paternalmente de vosotros para proporcionaros las condiciones de una vida saludable y salvaros - salud significa salvación de lo insano, mórbido y vicioso al acecho. Nada hay más seguro para los mortales, todo ello se haya expuesto a los antojos de la caprichosa fortuna. Pero ciertamente, aún sin garantía ninguna de éxito, el trabajo en la propia salud, si luego se combina con una sabia administración de las expectativas en la vida, jugando entre la experiencia y la esperanza, aumenta las probabilidades del gozo inteligente, lo único que al final de verdad quise para vosotros.
Por decirlo todo, quise algo más. Un padre te cae en suerte sin elegirlo: me gustaría, por supuesto, que pensarais que vuestra suerte en el sorteo ha sido buena. Pero mucho más me gustaría que sintierais la evidencia de que el afortunado he sido yo, porque vuestra mera existencia ha bendecido definitivamente la mía.
Ahora que me he ido, la paternidad se prolonga a través de la imagen de mi vida que vosotros custodiáis. Os seguirá tutelando en el recuerdo la imagen de un padre que procuró no estorbar, cuidó de vuestra importante salud y se sintió inmensamente afortunado.
¿Que cómo pretendo que esta carta no sea leída hasta después de mi muerte si ya ha salido publicada en un periódico global? porque entre las lecciones de vida que he transmitido a mis hijos, está la de leer sólo por placer. Y he observado que tienen la sana costumbre de no leerme".

He dividido el texto en 10 partes a la que asigno títulos como son el amor, la paternidad, la educación, la descendencia, los planes, la salud, la salvación, la suerte, la imagen y las lecciones de vida. Al experimentar la paternidad la vida cambia, lleva a tener a cargo a personas que siendo todo ello un privilegio extraordinario a la vez condicionan " yo quería que la buena influencia alcanzara a mis hijos y a mis nietos, es decir, una cadena de imágenes familiar, en la que cada eslabón recibe la antorcha de la anterior generación y la transmite a la siguiente, como en una carrera de relevos. Una ambición que se vuelve contra mí al reclamarme una digna, una decente contribución a la cadena". Aún se puede "retocar el cuadro antes de entregarlo y hacerlo mucho mejor"

1. El amor. "Queridos hijos míos". 

La carta va destinada a los hijos a los que expresa un sentimiento de amor de padre y así nos lo hace saber con el encabezamiento "Queridos hijos míos". Una carta de amor para compartir con sus hijos siendo algo único y relevante.  

2. La paternidad. "He sido vuestro padre mientras vivía y no tengo intención de dejar de serlo ahora sólo porque me haya muerto. La paternidad no declina, ni siquiera por la circunstancia de la muerte. Aunque naturalmente muta y estas líneas son para explicar este cambio". 

Si hay algo que es para siempre es la paternidad y esto es lo que quiere hacer saber a sus hijos que un padre es para siempre, vivo o muerto es el padre y puntualiza que cuando un padre se muere no deja de ser padre, no acaba ahí la función sino que muta, cambia, sufre una transformación y es a lo que dedica su carta, a explicarles a sus hijos este cambio. La titulo la paternidad porque se refiere a ese estado de "ser padre" que es algo para siempre, se esté o no se esté y que establece una relación con los hijos.

3. La educación. "Como padre, una de mis ambiciones ha sido la de no estorbar demasiado. Si un padre no estorba el desarrollo natural de su hijo, ya contribuye positivamente a su educación. Tantos padres castrantes, autoritarios, frustrados y frustrantes, preferí no tener influencia sobre vosotros a tenerla excesiva o mala".  

Explica en esta frase como quiere ser como padre, el ha decido ser un padre contemplativo y no estorbar a sus hijos.  Entiendo que no ha querido que su figura resultase difícil, lo que significa que ha pretendido siempre transmitir calma y tranquilidad, darles bienestar y no impedirles que hiciesen cómodamente aquello que ellos deseaban, se entiende que no ha querido interferir para no obstaculizarles el paso ni obligar a algo que igual no era bueno para su desarrollo natural. Y habla de otras figuras paternas que no permiten una buena educación como son los padres.
- Castrantes: Se refiere a los padres que someten a sus hijos. A veces quieren que sean como ellos, les anulan la autoridad ejerciendo una influencia negativa. Implican una dependencia emocional y no es bueno para el desarrollo psicoemocional de los hijos. Los hijos de padres castrantes tienen falta de autoestima, de autorrealización que incapacita para decisiones posteriores. Se sienten bien cuando son sumisos y dependientes, cuando necesitan la aprobación de los demás. Suelen ser padres que utilizan a sus hijos para cubrirse, se dice que han sido personas que no han tenido cubiertas necesidades básicas de reconocimiento, de amor, de estima y buscan que sus hijos lo hagan así ellos se sienten bien, es decir, dependen de que sus hijos sean maravillosos y de exhibirlos para sentirse ellos realizados.
- Autoritarios: Son los padres que emplean el castigo severamente. Suelen ser negativos y controladores, emplean reglas muy estrictas pero más en relación al premio y castigo que de disciplina, más de "porque lo digo yo y punto" que de razonamiento y aunque suelen tener altas expectativas para los hijos no confían y no están dispuestos a negociar, tienen poca demostración de amor. Los hijos de padres autoritarios tienen problemas de autocontrol, de comportamiento, actuan con miedo, se conforman facilmente y para ellos resulta muy dificil la toma de decisiones.
- Frustrados: Se trata de padres que no han cumplido sus expectativas y se ven defraudados. Según el tipo de fracaso que hayan tenido pues toman una determinada dirección hacía sus hijos. Suelen arrastran desánimo, insatisfacción, angustias. Emocionalmente son inestables, creen que han hecho algo mal. Los hijos de padres frustrados ven con dolor muchas veces este problema, porque muchas veces los resultados no tienen que ver con el esfuerzo y las buenas intenciones,  sufren por las experiencias que se atraviesan, por las vivencias siendo todo ello bastante más complejo y según las personas pueden aceptarlas con gusto y conformarse o no aunque si los padres se han esforzado y trabajado en poner lo mejor al servicio de los hijos es más positivo llevando a más satisfacción aunque unos y otros se hayan visto defraudados.  No obstante todo ello supone un fracaso más de relaciones personales. 
- Frustrantes. Se trata de padres que frustran bien sea porque son emocionalmente inmaduros, porque no pueden proporcionar protección, necesidades creciendo los hijos con sentimientos de necesidades no cubiertas y de soledad. Son hijos que si se liberan de las limitaciones de los padres pueden construir una vida mejor. 

Entiendo que el que escribe la carta conoce estas características de este tipo de padres y el no quiere esos patrones de personalidad por eso decide ser un padre que no estorbe y así realizar un desarrollo natural en sus hijos y contribuir positivamente en su educación. Es curioso porque en el libro igualmente hay resentimientos de los hijos hacía el padre, es decir, que aún no estorbando siempre hay cicatrices emocionales, siempre hay algo que se dice que parece no molestar pero que en realidad toca al corazón pero no cabe duda que lo bueno es intentar de la mejor forma posible ser buen padre y dar la mejor educación a los hijos que siempre se hace por medio del amor siendo la carta un reflejo más del mismo.

4. La descendencia. "No estoy de acuerdo con Platón cuando afirma que la descendencia es una forma de eternidad para los mortales. A la descendencia hay que dejarla en paz y no usarla como coartada, ni siquiera de eternidad". 

Platón eligió el diálogo para plasmar los conocimientos y para él el hombre en el mundo sensible es prisionero por eso desarrolla la teoría de las ideas. Yo entiendo esta parte de Platón que dice que "la descendencia es una forma de eternidad para los mortales" lo que supone la superación y las ganas y deseo de vivir de todo ser humano y es aquí donde el padre quizás no está de acuerdo en esa utilización por eso dice " A la descendencia hay que dejarla en paz y no usarla como coartada ni siquiera de eternidad" lo que quiere decir que desea una buena salud mental para sus hijos y que no les influya, no les va a utilizar ni manipular para que atiendan sus necesidades ni deseos. 

5. Los planes. Nunca me formé un plan previo para vosotros que debierais satisfacer, así que tampoco hubo riesgo de que lo defraudarais. La naturaleza tiende a su propia perfección y así lo ha hecho durante millones de años antes de la aparición del homínido. Con esta confianza elemental en el impulso de la naturaleza, me senté a contemplar cómo ésta hacía su trabajo en vosotros y fui feliz testigo de vuestro maravilloso crecimiento

En este párrafo comenta que no se formó planes pero si apuesta por un tipo de vida quizás por descubrimiento, que la naturaleza haga. Si tiene un proyecto de que sus hijos sean felices y confía en el caminar y transitar de la vida para que ellos lleguen a ser lo que quieran ser y él como padre y de una forma contemplativa disfrutar del crecimiento. 

6. La salud. Con todo, los hijos están al cuidado de los padres. De éstos dependen que los primeros no sólo crezcan, sino que crezcan sanos. Somos proveedores de vuestra salud. La del cuerpo, claro está, pero también la mental, sentimental y anímica. 

Padres como proveedores de salud que ofrecen todo su apoyo y educación para centrarse en todas aquellas necesidades problemáticas de sus hijos. Entiendo que él como padre se ha implicado en que sus hijos tuviesen una buena salud física, mental, sentimental y anímica. 

7. La salvación. Emulando el magisterio de vuestra madre, cuidé paternalmente de vosotros para proporcionaros las condiciones de una vida saludable y salvaros - salud significa salvación de lo insano, mórbido y vicioso al acecho. Nada hay más seguro para los mortales, todo ello se haya expuesto a los antojos de la caprichosa fortuna. Pero ciertamente, aún sin garantía ninguna de éxito, el trabajo en la propia salud, si luego se combina con una sabia administración de las expectativas en la vida, jugando entre la experiencia y la esperanza, aumenta las probabilidades del gozo inteligente, lo único que al final de verdad quise para vosotros.

En este apartado alude a la mujer y a las enseñanzas que le transmite para con el cuidado de sus hijos y poder proporcionarles una vida saludable. Como padre se ve un salvador de que los hijos puedan tener buenas condiciones de vida. Siempre al acecho de todo lo que les pueda perjudicar, de lo insano, de lo morboso que les pudiera causar alguna enfermedad.  Conoce y se preocupa por unas buenas condiciones de salud y aún conociendo las dificultades pone todo lo que está a su alcance para poder realizar en ellos un buen trabajo de salud en todos sus aspectos combinando la inteligencia, la experiencia y la esperanza de poder eliminar en ellos todo los malo y reprobable.

8. La suerte."Por decirlo todo, quise algo más. Un padre te cae en suerte sin elegirlo: me gustaría, por supuesto, que pensarais que vuestra suerte en el sorteo ha sido buena. Pero mucho más me gustaría que sintierais la evidencia de que el afortunado he sido yo, porque vuestra mera existencia ha bendecido definitivamente la mía".

Es cierto que un padre no se elige y él aunque quiere pensar que sus hijos han tenido suerte con él se siente bendecido por tener esos maravillosos hijos. Se siente afortunado como padre. De alguna manera cuando se es padre la vida cambia ya que comienzan otras necesidades, intereses y la vida da un giro grande en la forma de ser de las personas. Nos da a entender lo que ha significado para el la paternidad "una suerte", una causa o fuerza mayor que le ha determinado tener unos hijos por los que se siente agradecido y afortunado y cuyo deseo es que se sientan felices con el padre que les ha tocado.

9. La imagen. Ahora que me he ido, la paternidad se prolonga a través de la imagen de mi vida que vosotros custodiáis. Os seguirá tutelando en el recuerdo la imagen de un padre que procuró no estorbar, cuidó de vuestra importante salud y se sintió inmensamente afortunado.

Toda la carta se centra en el deseo del padre de hacer saber a sus hijos que les ha querido, que ha tratado de protegerles, de ser un padre ejemplar en vida y ahora después de su muerte desea que sus hijos custodien su buena imagen que les seguirá amparando y favoreciendo haciendo hincapié en tres aspectos que él ha considerado como los más importantes dentro de sus funciones:

- Ser un padre que ayuda pero no estorba, que facilita para entender y contribuir a que sus hijos crezcan libremente y que lleguen a ser aquello que quieran ser de una forma agradable y sencilla, sin dificultarles el proceso. respetando así a sus hijos y en sí a la familia.
- Ser un padre que cuide de la salud de sus hijos como el bien más preciado, dando importancia en el desarrollo de mejora, de progreso, de evolución de todos los tipos de salud y características centrándose en la salud física, mental, sentimental y anímica.
-Ser un padre feliz y que sus aportaciones tengan consecuencias positivas entendiendo que contribuyendo a que sus hijos crezcan sanos y felices el se siente afortunado al contemplar esa buena labor realizada. 

10. Las lecciones de vida. ¿Que cómo pretendo que esta carta no sea leída hasta después de mi muerte si ya ha salido publicada en un periódico global? porque entre las lecciones de vida que he transmitido a mis hijos, está la de leer sólo por placer. Y he observado que tienen la sana costumbre de no leerme".

Para finalizar nos transmite que todo padre deja una enseñanza y una imagen que es una lección de vida. Los actos, los comportamientos tienen sus consecuencias. Y él les ha intentado inculcar entre otras muchas cosas que lean por placer. Quizás lo que dice que observa "que tienen la sana costumbre de no leerle" puede decirlo de forma irónica porque leer por placer es disfrutar pero supone razonar, conocer, saber de lo que se deduce que significa tener más problemas ante el mundo. 

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