jueves, 15 de agosto de 2019

30 maneras de quitarse el sombrero


Elvira Lindo es la autora de "30 maneras de quitarse el sombrero". Ha escrito numerosos libros y guiones cinematográficos. Comenzó estudios de periodismo que no terminó y empezó a trabajar en la radio con 19 años siendo guionista, locutora, comentarista y presentando varios programas. Dice tener una vocación frustrada que es la de actriz aunque sabe actuar, hacer teatro y cine y con una gran generosidad poner al público de muy buen humor. 

El libro está pensando para dar voz a mujeres que han estado en silencio y que en realidad son referentes en la vida. Presenta 29 ensayos más su propio autorretrato ya que como afirma "ha tenido que luchar contra los estereotipos". Para ella el trabajo le ha dado un lugar en el mundo. 

Todas las mujeres que aparecen en el libro tienen en común la lucha por el reconocimiento y por ocupar un lugar en la sociedad. La negación del reconocimiento es la humillación, el desprecio, hacer que la persona pierda sus derechos, no sea íntegra, ni autónoma. Es una des posesión y exclusión provocando un sentimiento de desigualdad dónde no se le reconoce su capacidad. 

Nos cuenta que de cada mujer que ha escrito ha aprendido algo pues a veces son "madres corajes, escandalosas, desatentas, desatendidas, odiosas, solitarias, agobiantes, culpables, estrafalarias" pero han influido en su vida. Alguna de las mujeres escribió desde un dolor verdadero siendo su herida primordial muy profunda que venía de lejos no logrando por tanto integrarse en la sociedad de su tiempo pero eso las honraba porque era un dolor alimentado desde la niñez. El problema era que nunca se podía curar. Para la mayoría la palabra "deshonra" les suponía una gran depresión viéndose como figuras subordinadas y sometidas y viviendo angustiadas pero cada una de ellas se enfrentaba a la vida que le había tocado vivir con una gran fuerza y vitalidad, aunque a veces nerviosa que chocaba con los temperamentos evasivos teniendo que soportar con dignidad derrotas, humillaciones y todo lo innoble, ruin y despreciable del ser humano propenso más a la maldad que a la bondad. El resultado es que muchas personas inquietas que no hayan satisfacción en las relaciones buscan refugio en ellas mismas, en su mundo interior y realizan cualquier tipo de ocupación para proporcionarse así el oxígeno que necesitan siendo espíritus libres. Muchas de estas personas se sienten destinadas a esta deshonra y a perder los estribos aún siendo muy inteligentes. Esto las hace ser heroínas y no porque hayan hecho en realidad nada extraordinario.

Elvira Lindo en el libro nos hace saber que hay que considerar las diferentes formas de actuar con una gran arbitrariedad, al igual que en la escuela que ya no se acepta el fracaso escolar sino que a cada alumno hay que exigirle según sus posibilidades y desde dónde parten sus saberes así la vida y aunque parece que todo es según el cristal con el color que se mire hay que considerar el progreso y desterrar lo de "tu para esto no sirves" e incluso en la estética, lo guapo y lo feo ya que " puede parecer feo y tener su encanto y ser atractivo resultando de una gran hermosura o puede parecer muy bello y no serlo pues hay algo oscuro que lo apaga.  Por eso añade que hay que erradicar del alma las pulsiones negativas ya que son las que surgen en cada individuo debido a las situaciones adversas propias de la sociedad o de los tiempos. Muchas de las patologías están en lo prohibido, en lo que se piensa o entiende que no tiene que hacerse. El progreso es aceptar las peculiaridades individuales en vez de castigar malos comportamientos. Continúa explicando la autora que hay muchas maneras de hacer callar a una mujer, tales como el desprecio, la humillación, el insulto, no cederle la palabra, no involucrarla en actividades, ridiculizarla, no escucharla cuando va hablar, mandarla callar, amedrentarla, atemorizarla, avergonzarla, encasillarla, no contar con ella. No se trata de oposición sino de no dejar, impedir que hable "las palabras hieren". La resistencia radica en hacer cosas que gustan así como pasear, hacer ejercicio, leer. Yo recuerdo cuando ejercía que muchas veces tanto compañeros como compañeras no aceptaban el que no se castigase ante malos comportamientos o problemáticas pero yo veía que no podía hacerse, la mayoría de las veces no era el individuo, la propia persona la que realizaba ese mal hecho, siempre había gente alrededor que participaba o que quería cambiar cosas y manipulaba pagando a veces los más inocentes además que para darse cuenta tiene que hablarse, razonarse ese hecho. Hay mucha gente hoy en día de acuerdo aún con el premio y el castigo resultando posteriormente una incapacidad de adaptación. En el libro aparece que "los hombres han tratado de callar la voz de las mujeres" pero a la vez comenta que no son solo los hombres ya que caen sobre ellas la oposición femenina con posturas estratégicas y a veces hirientes mensajes, en cambio la capacidad de resistencia hace que "esta mujer hiperactiva, brillante, vehemente se convierta en una luchadora contra el sistema ante el que las demás se han sentido desarmadas". 

La escucha atenta de Elvira Lindo permitió apreciar la singularidad de cada mujer que aparece en el libro y ver elemento comunes que las unen, muchas veces comparten el trauma de un pasado, o viven con el corazón dividido pero a veces también el mismo humor, un humor que a veces permite reconocerse en seres que denotan gran angustia, un gran padecimiento moral, y que conmueven profundamente, creo que la autora es a este tipo de personas de las que dice que saben mirar el mundo sin ánimo cruel.  

Para finalizar os dejo cuatro frases que me han gustado mucho y que contesta quizás a preguntas que se plantean en el libro, tales como "¿Cómo se puede querer a quién te hace daño? ¿A la persona que no sabe comunicarse contigo? ¿A la que te ha abandonado? ¿A la que te atormenta? ¿A los que se comportan contigo injustamente? ¿A quién te quiere arrastrar a su propio pozo? ¿A los que te ven como una mujer inconveniente?. Las respuestas están en ideas de lo que cada uno considera de belleza, libertad, amor, mundo interior, riqueza espiritual, admiración, conocimiento, lucha y progreso.

"La idea de que me iré de un mundo que está cada vez peor no me gusta, porque siempre pensé que era mi deber dejar el mundo mejor de cómo lo había encontrado. Pero si se tiene el hábito de ver cada día como una jornada completa, envejecer es interesante. Todos los días se conoce una persona nueva, una puesta de sol nueva. Todos los días pasan cosas hermosas.

"No sabré amar por obligación; sólo en la libertad comprendo mi fe constante y mi adhesión sin límites. Protesto, me da la gana de protestar contra los hombres que se han cogido todo el mundo por suyo y no nos han dejado a nosotras más que las veredas estrechitas por dónde ellos no saben andar..."

"Hay silencios en todas las familias, en todas las infancias, en todas las parejas, en todos los países, pero el Sur parece haberlos definido todos con sutiles pinceladas". 


"Los vivos solemos mirar con arrogancia a los muertos y pensar que las pasiones del presente son distintas como si nuestros antepasados hubieran carecido de nuestra sensibilidad para el placer y el sufrimiento y hubieran pasado por la vida ignorando algo esencial que nosotros ni sabemos". 


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