martes, 24 de julio de 2018

Ordesa



Gracias a la vida, que me ha dado tanto,
Me ha dado la risa y me ha dado el llanto. 
Así yo distingo dicha de quebranto, 
los dos materiales que forman mi canto,
y el canto de ustedes, que es el mismo canto,
y el canto de todos, que es mi propio canto.

Violeta Parra

Ordesa es el libro escrito por "Manuel Vilas". De él se ha dicho que ha sido escrito desde la emoción por la pérdida de los padres. Es un canto al amor, a la vulnerabilidad y al dolor de las palabras "El amor como medicina, la pobreza como enfermedad y la literatura como pócima". 

Habla de los padres que se van y de como se han ido, comenta que nadie sabe lo que es el amor y que el dolor humano no se puede medir. Dice que no entendió la vida, que fue un eccehomo. No todo el mundo se enfrenta a la vida de la misma manera y él se ha sentido herido y lastimado. Comenta la tristeza que camina por el planeta y sus teorías acerca de los que se van, del cerebro, de las situaciones que generan estrés en la vida, angustias, frustraciones que lleva a que la persona no pueda comunicarse ni relacionarse de la forma deseada. Cuando cometía errores pedía cuentas no solo a los de aquí sino a los que se habían ido. Confiesa que es la historia de si mismo "un cuerpo con remordimientos". Habla del tiempo que es una especie de recordatorio de la historia, una especie de venganza de los mitos viejos sobre los mitos nuevos.  Se considera un ser visionario que siempre vio cosas, que los muertos le hablaban y que vio el futuro. Nos dice que siempre hay alguien que te envidia en la vida por mal que te vaya ya que es una especie de sarcasmo cósmico. Piensa que la vida de una persona es no caer en la ruina económica. Da igual lo que se sea, a lo que se dedique que el gran fracaso es que sino sabe alimentar a los hijos no tiene ninguna razón para existir en sociedad y que nadie sabe si se puede vivir a no ser socialmente.

Para el autor la estimación de los demás es una especie de moral que conforma los valores. Es una lucha entre el cuerpo donde reside la vida y el valor del cuerpo para los demás. Si se codicia tu presencia te irá bien. Nos hace saber que se habla de la corrupción política, de la corrupción moral pero no de la corrupción del cuerpo. Dice que la familia es una forma de felicidad testada y que antes no valía nada pero hoy en día sí y no es necesario que uno muera porque la generación de la riqueza y la abundancia material hace que se ame estar vivo. Expone que cuando murió su abuela su padre decidió no ir al entierro y ese hecho trajo cataratas de otros hechos. El protagonista piensa que su padre tenía que haber ido a ese entierro y no por el solo sino por su hijo. El desencadenante de ese entierro traía otros desencadenantes de la vida. El supremo misterio es que su padre amaba a su madre. Pero dice que el inconsciente le rechazaba ir y al consciente le daba pereza. La pereza es a causa de la pobreza ya que la pobreza genera inmovilidad y que no tengas ganas de hacer. Se da cuenta que su familia era de la clase baja lo que pasaba que su padre siempre fue muy elegante vestido y sabía estar a la altura de las cosas pero que era pobre aunque tenía mucho estilo y era un artista.


"El reconocimiento de la vulgaridad es el primer gesto de emancipación hacía lo extraordinario"

Nos transmite la idea de que cuando muere alguien siempre hay prisas y que no quieren revisarse lazos ni lo que se hizo junto a esa persona que se fue. En España hay dos posibilidades de que hacer con el fallecido: Inhumación o incineración, es decir, convertir en tierra o en ceniza. Nos cuenta que su padre fue incinerado y que ahora se arrepiente, que fue una decisión apresurada y la asocia a no haber asistido su padre al entierro de su abuela y que no tiene que ver con el amor sino con la catarata de los hechos y la catarata de los hechos con la catarata de la vida "Agua que corre mientras enloquecemos". En el momento de su muerte quiso controlar la situación, no temblar de miedo pero se arrepiente pues aunque piensa que "las tumbas se inventaron como refugio de la memoria de los vivos" dice que aunque no los veamos los restos óseos son muy importantes y que al no existir el cadáver digamos que se hace dificultosa la resurrección de los muertos. Quemar a los muertos lo ve como un error y no hacerlo también y que los electrodomésticos son un secreto de la materia. 

El autor narra que en su vida no han sucedido grandes cosas y sin embargo lleva dentro de sí un sufrimiento hondo. El dolor no es un impedimento para la alegría sino que está supeditado a la intensificación de la conciencia. 


Define el sufrimiento como una conciencia expandida y para él la decisión de sonreír se hace por elegancia, ternura, cortesía, por amor y respeto a otros. 

Recordar a su padre le parece una gran hermosura pero con su madre y hermano no podía hablar de él ya que rehusaban hacerlo pero lo entiende ya que hablar de un muerto puede suponer cierta incomodidad, impudor. Y no es que lo recuerde a diario pero nos hace llegar que "está en él permanentemente y que él se ha retirado de sí mismo para hacerle hueco a él". Cree que su padre no quiso revelarle el sentido de la vida y que cuando su madre murió todo su pasado se hundió. De ella dice haber heredado el caos narrativo que no lo heredó de ninguna tradición literaria  ni clásica ni de vanguardia "Una degeneración mental provocada por una degeneración política". Ella quería introducir en sus escritos el desasosiego personal y encontrar un sentido a los hechos.  Todo lo llevaba en silencio y obviaba detalles pensando que igual no la beneficiaban pues sentía miedo y que ese miedo fuese contra sus intereses. Para él eso no era mentir, era simplemente miedo a equivocarse, miedo al que dirán, a meter la pata, a no estar haciendo las cosas bien, etc. Los médicos no lograron que las versiones médicas triunfasen sobre las de su madre aún cuando estas estaban desordenadas pero en su deseo de salud sus observaciones intuitivas y visionarias eran mucho más interesantes que las de los médicos. Ella veía el cuerpo como una serpiente hostil y cruel y creía en la crueldad de la sangre, tenía mal los huesos, padecía de enfermedades cardiovasculares pero para ella eso no era una enfermedad era conciencia de vida y suplicios de la vida cotidiana. Piensa que cuando se rompen cosas, no se encuentran, no pueden hacerse bien o cuando salían palabras por su boca que no decía eran un vendaval de antepasados que hablaban por su boca. 

El escritor cree que sus padres no fueron normales pero que tuvieron su originalidad histórica, no eran como los demás padres pero para él esa digamos excentricidad le parecía un enigma amoroso.  Comenta que su padre heredó un silencio y que no sabe muy bien la naturaleza de ese silencio, era una renuncia a la palabra, un mutismo envuelto en una pereza adánica. Creo que mi padre nunca se besó con su abuelo. Define darse un beso como vencer esa pereza aunque nos hace saber que esa pereza de sus antepasados es hermosa. El protagonista no llegó a conocer a su abuelo paterno ni materno y en su casa no se hablaba de ellos y mientras que otras familias iban a misa la suya no lo hacía y no eran ateos, no blasfemaban pero para ellos la iglesia no existía era invisible por lo que llegó a pensar si serian extraterrestres y aunque dice ser el presente una alienación añade que no se puede vivir obsesionado con el pasado porque "Es la vida entregada a la oscuridad". 


          "En el amor no basta con la confesión de una parte, hay que encuestar a la otra parte"


Para el autor sus padres tuvieron una crisis matrimonial pero eran sus protectores, los que le iban a explicar su invisivilidad social y le custodiaban el secreto de su existir, quién era él y que de ellos dependía estar en este mundo. Al hablar de la muerte piensa en que sus padres no lo están del todo y que no es que vivan en su memoria sino que tiene que ver con los espíritus, con "la mala muerte" y "la buena vida", con los fantasmas siendo "una declaración de guerra que te hace la realidad". El cree que vienen a verlo y que su padre siempre que se cepilla los dientes se pone detrás de él aunque sabe que la única razón de estar en este mundo es por la voluntad de ahí que se emocione tanto y que ronde los caminos de la verdad porque el principio de la voluntad no es político "La naturaleza es una forma feroz de la verdad" y la verdad eran sus padres. Ellos lo inventaron. La voluntad es anterior al orden político siendo un principio necesario y nos hace saber que el orden político no es necesario sin la voluntad y que la existencia y la identidad ocurren en un orden pactado. 


Es su pensamiento pero nos hace saber que los matrimonios le producen compasión y más cuando empiezan a acumular años de vínculo conyugal porque dice que todos sabemos que el matrimonio es la más terrible de las instituciones humanas ya que requiere sacrificio, renuncia, negación del instinto y requieren mentira sobre mentira a cambio de la paz social y de la prosperidad económica y así dice dice que los Reyes son una solución solvente y sólida y que todo lo que pueda sustituirlos es mas miseria, mas inseguro y mas incierto. Añade que el servicio que prestan es objetivo y es dinero que consiguen con acuerdos internacionales y que se invierta en España ya que la confianza es dinero y es gente saliendo del paro. Para él el divorcio es el final de un periodo histórico y la muerte de una relación es la muerte de un lenguaje secreto. Y el misterio de la maternidad y paternidad es "que hay otro distinto de ti".

Manuel Vilas fue profesor de IES durante más de 23 años y lo dejó dice que le parecía una esclavitud, llegó un momento que no lo vio aceptable, sino alienante. Y habla sobre lo que piensa acerca del IES y de los profesores donde no todos son iguales. Los hay con gran amor a la vida y que intentan transmitir ese amor a los alumnos, a entender la vida desde la inteligencia, desde una festiva inteligencia, enseñarles el significado de las palabras pero también habla de los edificios sin gracia, de los que no tienen historia pues no tienen ni tan siquiera las fotografías del profesorado jubilado por los pasillos y del profesorado al que le gusta adoctrinar o suspender e incluso humillar y también habla de los alumnos a los que les gusta insultar, ejercer el poder y al sadismo de la enseñanza. Dice que como profesor él no suspendía y de los alumnos aprendió el sentido de la libertad. Es curioso porque les mandaba analizar y pone el ejemplo de frases como: " He leído el libro que me prestaste ayer" y les daba la risa porque se cuestionaban que libro era y si valía la pena leerlo, ponían en duda la frase y su sentido supongo que algunos aprendían así que era el complemento directo y el verbo. Es obvio dice que hay profesores excelentes pero también los hay desfavorecidos. Ahora se dedica a leer, pasear, a escribir ya que colabora con periódicos y suplementos literarios y es un gran narrador y poeta estando situado entre los mejores de su generación aunque para él estar consigo mismo es su gran ganancia. 

Para finalizar decir que el libro aporta muchas conclusiones y establece conexiones formando ideas, dando respuestas al pensamiento y a la realidad así como a la historia aunque para el autor la historia siempre quiere que ancestros que han sido irrelevantes alcancen pensamientos relevantes porque él cree que los sentimientos proceden de los ancestros y más de los remotos por eso considera que algo tiene que haber en él que le ha hecho resistente y que el pasado de una persona de más de 50 años se convierte en enigma.

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