Comienza describiendo el protagonista a su amigo Lucio como un sujeto equilibrado y normal. Añade que hoy en día esto tiene tanta importancia como antaño "Ser limpio de sangre y cristiano viejo" y que hoy para desacreditar a la gente se dice que "es un desequilibrado, un neurótico, un histérico". Ahora bien, Lucio tiene la teoría de que "desequilibrado es todo el mundo" y que a nadie le falta "esa lengua de mal camino" psicológica, que no hay quien no tenga manías, supersticiones, chifladuras, extravagancias. De dónde se viene a sacar que el equilibrio perfecto no existe y que todos nuestros actos responden a una razón. Al protagonista no le convencía mucho ya que Lucio confundía desequilibrio con estados pasionales, que pueden desequilibrar momentáneamente pero no son desequilibrios pues son inestables en la vida psíquica. A Lucio no se le conocía ni enamorado, ni encolerizado, ni apasionado ni vicioso. Una tranquila existencia, sazonada con distracciones de buen gusto, de buen arte y dedicada a regir una fortuna. En el camino de las curiosidades observó el narrador que las pupilas de Lucío revelaban extravío. No era que bizcase. Solía ir a las tertulias y en carruaje. Una noche iba sólo a pie y caminaron juntos, las calles estaban oscuras. Cuándo de repente se desplomó sobre su hombro. Apenas tuvo tiempo para sostenerle e impedir que cayera. Murmuraba frases confusas, gemidos. Sin duda, sufría una alucinación. Momentos después recobró el sentido y soltó una carcajada y susurró con terror: ¿Y, el gato? ¿Que gato? Le dije. El que pasó cuándo caí. Vi una forma blanca pero ¿que tiene que ver?. Me cogió del brazo y me dijo que yo no lo podía entender, sentí el temblor de su cuerpo, el rechinar de sus dientes "Un gato es un gato". Una desventura que hizo que no haya vuelto a disfrutar de paz. Y le comienza a contar que desde que tenía 20 años el contacto con los gatos le producen repulsión nerviosa, que sus padres no eran ricos e iban al campo donde vivía una tía de la que heredó un capital. La tía adoraba a un gato que dormía siempre a su lado acurrucado en su falda. Una noche sin luna salió al jardín y vio una mancha blanca y pensó que era el gato. Así que le disparó cuando comprobó que era la cabeza de la madre con una toalla al pelo. La mujer no cobró el horror falleciendo poco después de una enfermedad cardíaca por la emoción. Así que él quedó bajo "el odio de la madre y la eterna sospecha por herir una fiebre sensible". Al llegar a casa se despidió de su amigo y le dijo: Buenas noches. Y nunca más más habló del caso. "Para él un gato blanco es un espectro".
El titulo evoca a un pasado donde los amigos ven un espectro pero de dos formas diferentes. Por una parte "Lucio" ve un gato y por otra su amigo una mancha blanca. El gato al que su tía adoraba y con el que dormía al sobrino le produce repulsión queriendo deshacerse de él sabiendo que era de su tía y que ésta lo amaba. Por otra parte está el espectro de la madre que lo une a su muerte pues el disparo fue dirigido a ella en vez de al gato. Lucio ve al gato pasar y se desmaya pero su amigo no ve lo mismo. Y piensa que el gato no le deja vivir en paz. Según su amigo sería su madre. La explicación más satisfactoria es que siente remordimientos pues por querer deshacerse del gato pasó a ser destructivo con su madre y con su tía. Este hecho hace que él no sea feliz, le ha perturbado la paz ya que le hace enfermar, sentir temblores, miedos. De alguna manera estas dos mujeres "madre y tía" entran y salen en su vida en forma de gato y/o de mancha. El espectro le produce mal pero solo es un momento porque lo supera y lo cuenta siendo una forma ya de reconocer su acto. Le sucede de noche, en la oscuridad que puede identificarse con el recuerdo y por ello sufrir una especie de agobio que le viene a su mente con estrés o angustia emocional que le hace desvanecerse.
Entiendo que liberarse de un sentimiento de culpa es complicado pues ha habido causa, efecto y consecuencias negativas donde el recuerdo de su madre está presente como sentimiento negativo unido al pensamiento de que lo odiaba que se traduce a poca estabilidad mental por haberla herido y tocado su fiebre sensible viéndose condenado. Lo explica con la frase ""el odio de la madre y la eterna sospecha por herir una fiebre sensible" y aunque pasen los años le viene el recuerdo de "disparar a la madre" y "de estar bajo sospecha" en forma de gato y "un gato es un espectro". Estos hechos le impiden ser feliz, sentir paz interior, encontrar la otra polaridad "el perdón" pues percibe el odio de su madre. Contarlo y aceptar su desgracia ya es un modo de solucionar su problema, de arrepentirse, de sentirse inocente. Ha integrado su culpa lo que le falta es sentir el perdón de la madre y de la tía para que quizás no se manifieste el gato y/o la mancha y así no estar obsesionado pensando en actitudes negativas de sus antepasados.
Es difícil perdonar cuando se ha hecho daño en este caso a su madre que ya no está y que para ella su hijo se ha convertido en un ser distinto. Lucio ha dañado, tiene un conflicto consigo mismo que tiene que superar y la vida le pasa factura. Hay un dicho que dice "Las heridas no duelen tanto cuando se hace sino cuando están cicatrizando". Lucio sabe de dónde procede su enfermedad y se enfrenta a su salud física, emocional y mental. Realiza su análisis de conciencia, se lo cuenta a su amigo para no preocuparle y decide no hablar más del tema y así no aferrarse a esos sentimientos negativos. Siendo en este caso la persona quién elige si vivir condicionado o no entendiendo que es crucial para sentirse y estar sano.
Entiendo que liberarse de un sentimiento de culpa es complicado pues ha habido causa, efecto y consecuencias negativas donde el recuerdo de su madre está presente como sentimiento negativo unido al pensamiento de que lo odiaba que se traduce a poca estabilidad mental por haberla herido y tocado su fiebre sensible viéndose condenado. Lo explica con la frase ""el odio de la madre y la eterna sospecha por herir una fiebre sensible" y aunque pasen los años le viene el recuerdo de "disparar a la madre" y "de estar bajo sospecha" en forma de gato y "un gato es un espectro". Estos hechos le impiden ser feliz, sentir paz interior, encontrar la otra polaridad "el perdón" pues percibe el odio de su madre. Contarlo y aceptar su desgracia ya es un modo de solucionar su problema, de arrepentirse, de sentirse inocente. Ha integrado su culpa lo que le falta es sentir el perdón de la madre y de la tía para que quizás no se manifieste el gato y/o la mancha y así no estar obsesionado pensando en actitudes negativas de sus antepasados.
Es difícil perdonar cuando se ha hecho daño en este caso a su madre que ya no está y que para ella su hijo se ha convertido en un ser distinto. Lucio ha dañado, tiene un conflicto consigo mismo que tiene que superar y la vida le pasa factura. Hay un dicho que dice "Las heridas no duelen tanto cuando se hace sino cuando están cicatrizando". Lucio sabe de dónde procede su enfermedad y se enfrenta a su salud física, emocional y mental. Realiza su análisis de conciencia, se lo cuenta a su amigo para no preocuparle y decide no hablar más del tema y así no aferrarse a esos sentimientos negativos. Siendo en este caso la persona quién elige si vivir condicionado o no entendiendo que es crucial para sentirse y estar sano.
Para finalizar os dejo el pensamiento de Carl Jung que nos dice que solo uniendo las dos polaridades: La culpa y el perdón "uno puede crecer interiormente, sentir plenitud y experimentar paz". .
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