viernes, 25 de mayo de 2018

Es la actitud

Es la actitud.  "No te necesito pero a lo mejor te dejo participar". No se le daba demasiado bien escuchar, no podía soportar que nadie le explicara como funcionaba algo. En vez de eso tenía que interrumpir y tratar de adivinarlo el mismo y no quedaba convencido y continuaba insistiendo como le parecía. ¿Que le podías decir a alguien así? No era un tipo de persona que pueda comprender o apreciar la elegancia. En cambio los otros estaban entusiasmados de ver su funcionamiento. Seguían trabajando en las aplicaciones y las mejoraban y se dedicaba como un poseso a hacer que la gente trabajara demasiado creando unas tensiones increíbles y forjando una compleja red de relaciones personales. En ocasiones hablaba con gran energía y de pronto le cambiaba el humor. Afirmaba que todo iba genial. Distorsionaba la realidad. Estaba haciendo un gran trabajo y a la vez estaba desconectando con la gente. Hay un problema que es la disciplina, el comportamiento, el querer que todo funcione correctamente. No es que se exija perfección pero si funcionamiento, el trabajo en equipo.

El aspecto y la sensación es algo difícil de proteger tanto de forma legal como práctica. El disgusto resulta comprensible. Tenía más innovación, creatividad, imaginación y elegancia. Este hecho pone de manifiesto un error estético en la forma que funciona el universo. 

Los productos mejores y más innovadores no siempre ganan. El único problema es que no tienen gusto, no tienen absolutamente nada de gusto en sentido general, no tienen ideas originales y no aportan nada, ninguna cultura. Así que sintió tristeza pero no por el éxito sino por los productos de mala calidad. Se mostró perplejo, con el corazón roto. Mostró un memorable ejemplo de honestidad para ver como fusionarse, vio las decisiones injustas y la fortaleza de la amistad no le había convencido.

Experimentó todo un abanico de emociones diferentes. Le quedaron secuelas emocionales. La reacción fue de mantenerse tranquilo. Se le daba bien tratar a la gente cuando se dejaba llevar por las emociones porque él era algo menos emotivo. 

La brecha tenia dos causas fundamentales:
  • El primer problema era que su compañero nunca llegó a apasionarse, nunca hizo el esfuerzo necesario, nunca mostró la capacidad para comprender los detalles más concretos. 
  • Creía que los detalles y las nimiedades resultaban obsesivas y contraproducentes. No estaba en la naturaleza ensimismarse. Se mostraba insoportable, grosero, egoista y desagradable con las demás personas. 
Pensó en crear un taller para trabajar sus ideas. Volver a disfrutar de la emoción con un pequeño equipo y el desarrollo de un nuevo producto. Quedaron encantados con esta idea que resolvería la mayor parte de las diferencias de la gestión. Lo devolvería a la tarea que mejor se le daba y así dejaba de alterar la actividad con su presencia. Tenia un candidato para sustituir como director del equipo y aceptaría si iba a poder dirigir en vez de estar a las órdenes de.  Seguro que estaría más a gusto pensando en nuevas ideas e inspirando a un equipo pequeño y apasionado.

Tras reflexionar rechazó la propuesta de ceder el control con gran sentido común para evitar choque con las luces y redactó una nota con propuestas y así no actuar con precipitación. No tuvieron valor para decir nada pero les parecía voluble. ¿Que es que no había nadie que admirase su brillantez, su visión? ¿Se tiene idea del privilegio que supone conocer a alguien tan bueno? Así que dio un paso atrás. Estaba claro que así no iba a funcionar y así se perdió la confianza en la capacidad y contraatacó: No sabes nada, lo estás haciendo mal, has defraudado a la gente, etc. Aquí ya no es una reacción de miedo sino de angustia aunque el miedo es un monstruo del que se huye así que no se hable de defraudar las expectativas, de rumiar los enfados y las humillaciones, no se puede sembrar con tratos abusivos ni difamando a los miembros. La cooperación es otra cosa. (Basado en el  libro de Steve Jobs)

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