Hoy hace dos años de la muerte de Doris Lessing. Escritora con más de medio centenar de libros. Ganadora del Premio Príncipe de Asturias en el 2001 y del Premio Nobel de literatura en 2007. Supo de alguna manera captar lo esencial de la experiencia humana y más profundamente la femenina. Destacó por su compromiso con la vida, con los temas sociales, las razas, las clases, la mujer y su emancipación y las diferentes situaciones como madres, amigas y con los hijos. Sobresale especialmente por su amor a Africa.
Nacida en Irán vivió en Persia, Teherán y más de cuarenta años en Londres de la que dijo ser una ciudad extraordinaria, ruidosa, de grandes edificios y demasiado organizada. Cree de si misma que la gente la considera profeta por como cuenta las cosas que aparecen muy interesantes y hace que provoquen preguntas y originen respuestas. Se considera muy sensible a los acontecimientos. En una entrevista concedida a la revista "The Paris" realizada por Thomas Frick comenta que una vez le dieron a tomar mescalina y que jamás la volvería a tomar porque descubrió su estilo de personalidad y modo de enfrentarse a los problemas a las personas que se lo hicieron tomar sin proteger lo que estaba sintiendo. Que realmente lo hizo para que la dejaran en paz. Que sintió miedo y lloró amargamente. Para ella fue todo muy molesto y la disgustó mucho porque podía haberlo hecho todo de otra manera. Ella no sintió el placer ni una buena sensación sino todo lo contrario le produjo efectos negativos.
En su discurso de los premios Príncipe de Asturias aludía a la figura de la persona culta y al respeto como de otro tiempo, a la educación humanista que parece que está desapareciendo donde ella daba por sentado como fundamental el desarrollo integral de la persona como mucho más útil en la escuela que el de conocimientos más profesionales. Aludió a sus tiempos en Africa y a las escuelas donde no había nada, ni textos, ni cuadernos, ni lápices y que un amigo que fue maestro en Londres y de alma idealista lo dejó todo para ejercer allí y que lo que encontró lo sumió en una depresión de lo que le costó mucho recuperarse.
A los 85 años escribió un libro compuesto por cuatro relatos largos titulado "las abuelas". Se dice que es una obra iluminada por el saber y la experiencia donde describe las trampas de la vida, las insatisfacciones, las diferencias de clase, las conductas y las elecciones. Su estilo es abierto y discreto donde reconoce sin tapujos las realidades cotidianas. De ella se dice que fue una excelente escritora pero que tenía un carácter luchador, guerrero y a la vez indomable. Acerca de la condición social no plantea el conflicto de clases sino el asombro ante la forma de ser de las personas acomodadas, el asomarse a ese mundo. Analiza las relaciones afectivas entre las mujeres, la fortaleza de ser madre que a la vez es una debilidad, el coraje frente al desconcierto, la autoprotección como defensa psíquica e historias y relatos sabios y lúcidos donde la autora sabe lo que quiere y lo que puede decir y hacer.
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