sábado, 22 de septiembre de 2012

La autodisciplina



Uno de los objetivos de la educación es la autonomía personal dónde la autodisciplina es tarea esencial. Siempre se habla de la escuela como algo defectuosa y que si enseña o educa. Realmente el alumnado va a la escuela a aprender pero algo tan natural como estornudar, tirar un papel, caer un bolígrafo, sonarse los mocos, etc… pueden provocar conflictos importantes de resolver desde edades tempranas.
Si son importantes los conceptos de optimismo y motivación  en la escuela lo es también el concepto de voluntad para explicar los instintos y el comportamiento humano.
Sería estupendo que todos funcionáramos en armonía, con tranquilidad y responsabilidad. Hay momentos que por alguna circunstancia las personas se alteran, se enfadan y discuten. Y proceden de forma agresiva y violenta. Como docentes sabemos que una forma de actuar así es una incidencia que hay que analizar, escribir y solucionar de una forma razonable. No podemos dar la espalda a comportamientos inadecuados e incívicos porque socialmente no interesa a nadie y yo no estoy de acuerdo con el castigo porque genera resentimientos, miedos, y reacciones adversas e inesperadas. Para evadirse del castigo mienten y culpabilizan generando situaciones difíciles. Desde muy temprano hay que enseñar lo que está bien y lo que está mal, la sinceridad y la honestidad así como la necesidad de aprender tanto lo que gusta como lo que no gusta. Y este es el contraluz de la realidad. Todo tenemos que mirarlo también desde su lado opuesto.
Es de vital importancia que conceptos de responsabilidad, de obligaciones y deberes sean reconocidos por el alumnado pues no siempre pueden hacer lo que desean ni frustrarse si no obtienen lo esperado. También es cierto que en las aulas al igual que en los centros, papeleras, agua, pañuelos… deben de estar a disposición del alumnado para que puedan recurrir a su uso en caso de necesidad.

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