sábado, 30 de enero de 2016

Vivir es la oportunidad

“Que los dioses me cambien los sueños pero no el don de soñar” Pessoa
“Dale vida a los sueños que alimentan el alma, nunca los confundas con realidades vanas” Mario Benedetti
“ Si has construido un castillo en el aire, no has perdido el tiempo, es allí donde deberías estar. Ahora debes de construir los cimientos debajo de él” George Bernard Shaw



A partir de hoy voy a darme el permiso de soñar pues sin sueños la vida pierde color, alegría y tengo que reconocer que los sueños inspiran y dan energía para el futuro así no se ofende ni a los sentimientos ni a la pura irracionalidad que tiene la vida a veces de mediocre y vulgar.

Se entiende que el arte de transformar nuestra energía emocional para que reinvierta en nuestra calidad de vida y bienestar es llevando una vida emocional sostenible y ecológica estando como valores presentes la responsabilidad y la conciencia. Hay que pensar que nosotros somos parte de la solución y del problema y que influimos según nuestras acciones. No somos responsables de lo que sentimos porque las emociones no se eligen y surgen sin planificar, igual que ríes lloras pero si somos responsables de lo que hacemos con aquello que sentimos.

Ser emocionalmente ecológico es reflexionar sobre las acciones que alteran nuestro sistema para no acumular negatividad, sufrimientos ni desequilibrios desarrollando comportamientos inadecuados. A veces gastamos energía y mucho esfuerzo en asuntos innecesarios, damos importancia exagerada a cosas que no la tienen bien porque no nos han complacido, nos han humillado y nos hemos sentido ofendidos sintiendo la situación como un drama. La persona responsable no pasa de todo sino que intenta resolver los conflictos. Es cierto que convivimos bien en nuestra casa, círculo social y entorno con personas que quizás ni tienen nuestros mismos intereses, ni puntos de vista y que no es todo complacencia, condescendencia y deferencia ya que cuando contradices desagradas pero tampoco nos vamos a estar ofendiendo a nosotros mismos ni para no disgustar no tener placeres ni cultivar nuestros gustos y aficiones.

El mundo interior y exterior emocionalmente más ecológico de las personas se va construyendo en la vida pensando que cada una es esa pieza del puzle que influye de una forma en el conjunto y que se vive en el hoy, día a día. Es mi pensamiento que es importante aprender a no sentirnos ofendidos ni a ofendernos a nosotros mismos para vivir ese hoy mejor. Creo que gestionar los afectos, las ofensas tanto positivas como negativas es lo más difícil y son las que alteran nuestro cerebro y luego tenemos que paliar los conflictos originados en nuestra mente refugiándonos en actividades de ocio dedicándole a veces más horas de las debidas hasta recuperar la armonía. Su mala gestión puede alterarnos y destruirnos así que para que no ocurra nos generamos nuestros propios discursos que pueden gustarnos más o menos con la intención de vivir nuestras realidades asumiéndolas y si no nos gusta mejorándolas sin que nos puedan paralizar.

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