“Que los dioses me
cambien los sueños pero no el don de soñar” Pessoa
“Dale vida a los
sueños que alimentan el alma, nunca los confundas con realidades vanas” Mario Benedetti
“ Si has construido
un castillo en el aire, no has perdido el tiempo, es allí donde deberías estar.
Ahora debes de construir los cimientos debajo de él” George Bernard Shaw
A partir de hoy voy a darme el
permiso de soñar pues sin sueños la vida pierde color, alegría y tengo que
reconocer que los sueños inspiran y dan energía para el futuro así no se ofende
ni a los sentimientos ni a la pura irracionalidad que tiene la vida a veces de
mediocre y vulgar.
Se entiende que el arte de
transformar nuestra energía emocional para que reinvierta en nuestra calidad de
vida y bienestar es llevando una vida emocional sostenible y ecológica estando como
valores presentes la responsabilidad y la conciencia. Hay que pensar que
nosotros somos parte de la solución y del problema y que influimos según
nuestras acciones. No somos responsables de lo que sentimos porque las
emociones no se eligen y surgen sin planificar, igual que ríes lloras pero si somos
responsables de lo que hacemos con aquello que sentimos.
Ser emocionalmente ecológico es
reflexionar sobre las acciones que alteran nuestro sistema para no acumular negatividad,
sufrimientos ni desequilibrios desarrollando comportamientos inadecuados. A
veces gastamos energía y mucho esfuerzo en asuntos innecesarios, damos
importancia exagerada a cosas que no la tienen bien porque no nos han
complacido, nos han humillado y nos hemos sentido ofendidos sintiendo la
situación como un drama. La persona responsable no pasa de todo sino que
intenta resolver los conflictos. Es cierto que convivimos bien en nuestra casa,
círculo social y entorno con personas que quizás ni tienen nuestros mismos
intereses, ni puntos de vista y que no es todo complacencia, condescendencia y
deferencia ya que cuando contradices desagradas pero tampoco nos vamos a estar
ofendiendo a nosotros mismos ni para no disgustar no tener placeres ni cultivar
nuestros gustos y aficiones.
El mundo interior y exterior emocionalmente más ecológico de las personas se
va construyendo en la vida pensando que cada una es esa pieza del puzle que influye
de una forma en el conjunto y que se vive en el hoy, día a día. Es mi
pensamiento que es importante aprender a no sentirnos ofendidos ni a ofendernos
a nosotros mismos para vivir ese hoy mejor. Creo que gestionar los afectos, las
ofensas tanto positivas como negativas es lo más difícil y son las que alteran
nuestro cerebro y luego tenemos que paliar los conflictos originados en nuestra
mente refugiándonos en actividades de ocio dedicándole a veces más horas de las
debidas hasta recuperar la armonía. Su mala gestión puede alterarnos y
destruirnos así que para que no ocurra nos generamos nuestros propios discursos
que pueden gustarnos más o menos con la intención de vivir nuestras realidades asumiéndolas
y si no nos gusta mejorándolas sin que nos puedan paralizar.
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