Las vacaciones ya han terminado, ya me despido poco a
poco del verano, de la playa, de los momentos tan alegres disfrutados y vividos en familia.
Es importante el periodo de descanso para liberarse del estrés, de la rutina que supone la vida cotidiana con todas las tareas que conlleva.
Es ahora al final cuando notas esa sensación de nostalgia aunque hayas intentado disfrutarlo al máximo y sentirte así relajada, con las pilas recargadas y la energía positiva. Estas fueron las vacaciones perfectas. No puedo quejarme de nada pues fue increíble las cosas que hice, las ciudades que conocí, a los acontecimientos que asistí, y sobre todo las personas y cómo me han tratado. Me sentí muy bien, feliz y agradecida de poder disfrutar de lo bello que tiene la vida.
Es ahora al final cuando notas esa sensación de nostalgia aunque hayas intentado disfrutarlo al máximo y sentirte así relajada, con las pilas recargadas y la energía positiva. Estas fueron las vacaciones perfectas. No puedo quejarme de nada pues fue increíble las cosas que hice, las ciudades que conocí, a los acontecimientos que asistí, y sobre todo las personas y cómo me han tratado. Me sentí muy bien, feliz y agradecida de poder disfrutar de lo bello que tiene la vida.
Es hora de volver al trabajo. Puedo pensar que me siento renovada y lista para enfrentarme a los retos que me ponga el destino. Hoy me resta despedirme de las vacaciones, dando las gracias por los días que pasé dejando en mí una sensación de bienestar y unos bonitos recuerdos.
¡Adiós vacaciones!
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