domingo, 12 de abril de 2015

Descubriendo Camariñas Corazón do encaixe


Camariñas se encuentra en la provincia de la Coruña. Es un pueblo con un gran atractivo. Su nombre proviene de la planta Caramiña, arbusto de hoja perenne que era muy abundante en Galicia. Es la cuna del encaje de bolillo "palillo". Hay muchas historias diferentes sobre su origen pero lo que se sabe es que grupos de mujeres se reunían en una vivienda a hacer encaje, como las que se reunían a coser o a tejer. En la vivienda había una sala grande donde las mayores eran las encargadas de enseñar y dirigir la actividad. Las normas eran muy severas y tenían que cumplirlas. Las que no terminasen las tareas o infringiese alguna norma eran castigadas severamente, bien sin acostarse, o con castigos físicos: se las tiraba de los pelos, pinchaba con alfileres, etc.

El principal mueble era un banco donde las mujeres solteras se colocaban a un lado y las mayores y/o casadas a otro. Los mozos entraban a verlas y a cortejar pero solo podía ir abrir una de las mozas cada día mientras que las otras no se podían mover del sitio. Ellos les dedicaban los palillos. Las palilladas eran en invierno comenzando en septiembre y terminando en marzo.

La forma de hacer el encaje y los motivos eran diferentes. se hacían en bandas geométricas: Rectángulos, círculos, cuadrados, romboides, etc...y los puntos más empleados eran: bodoques, estrellas, hojas, telar, etc..

La almohada es el saco de tela que sirve para palillar compuesto de unas cornas que son palos de madera que la sostiene. Se coloca en ella una bolsa de alfileres llena de cerdas y los palillos donde se enrolla el hilo que van entrecruzándose y dando forma al encaje. Cuando se deja de palillar se tapa todo con un trapo. 

El ayuntamiento de Camariñas en el año 1998 con el fin de dar a conocer y homenajear tanto el oficio como a las mujeres que lo realizan creó el Museo de encaje donde se pueden ver encajes de hace muchos siglos.  Tiene más de 800 piezas registradas y para su exposición consta de dos salas. En una hay un muestrario muy grande de puntillas y en otra encajes de ajuares: toallas, colchas, sábanas, manteles... además de observar diferentes velos con los que las mujeres acudian a misa y otras piezas de la iglesia: albas, manteles, etc.


Desde el año 1991 y durante la semana santa Camarillas realiza un certamen cultural y comercial de ámbito internacional donde exhiben la calidad de sus productos, especialmente las muestras de encajes y a la vez lideran una serie de iniciativas entre las que cabe destacar el concurso de jóvenes diseñadores de moda donde lo que exige es que se presenten colecciones con encajes de bolillo. Entre los proyectos se eligen a los finalistas.

Este año tuve el gusto de asistir y de ver entre las finalistas a una alumna de la escuela Epyco de mi hermana Cris (firma Cristina Herrero), diseñadora, directora y gran empresaria de moda que ha obtenido numerosos premios y reconocimientos por su labor. Año tras año incentiva y motiva a sus alumnos a participar en los concursos, exposiciones y en los certamenes donde podemos mencionar diseñadores con todo un glamour de la moda asturiana, tales como Angel Junco (ganador en la Feria de novias de "Blanco" del Ferrol, Nuria Ordiales (ganadora del III certamen de diseñadores de Asturias con su colección remendaes), Mónica y María Cordera (ganadoras del IV y V certamen de diseñadores de Asturias, Julio Gonzalez, y Andrea Galán como finalistas del certamen y esta última ganadora del premio especial de la Mostra do encaixe de Camariñas, Tamara González García (finalista en Dress Coke), entre otros.

Me gustó mucho poder conocer Camariñas así como ver los desfiles y las muestras de encaje bajo el lema "Descubriendo Camariñas corazón do encaixe". Este año entre las finalistas se encontraba Bella Khabatova de la escuela Epyco que consiguió el tercer premio con la colección "El baile de las zarinas". Una colección que sorprendía por su trabajo, elegancia y nobleza y a la vez por su estilo sencillo y real. Une la tradición clásica rusa con elementos modernos y encajes consiguiendo un reconocimiento como una gran colección y a la vez como magnífica escuela donde la ha realizado. Mención especial a Xeila Alvarez Pérez que fue todo un honor conocerla así como su proyecto "Florete" y solo me resta dar las gracias al pueblo de Camariñas donde hemos podido conocer gente y ver amigos así como disfrutar del paisaje, de la naturaleza, de la comida y en familia. 

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