miércoles, 17 de febrero de 2016

Simone Weil

“Es necesario eliminar tanto como se pueda el sufrimiento de la vida social, pues el sufrimiento solo sirve a la gracia y la sociedad no es una sociedad de elegidos. Siempre habrá suficiente sufrimiento para los elegidos” Simone Weil
“El amor ha descendido por amor a este mundo en forma de belleza” Simone Weil
“No es el camino lo que es difícil sino que la dificultad es el camino”. Kierkegaard
“El hombre que no posee música en su interior ni se conmueve con la concordia de dulces sonidos, es carne de traición, conspiración y corrupción…” Shakespeare


Simone Weil nació en Paris un 3 de febrero de 1.909. Tuvo una infancia feliz y llena de cariño. Estuvo muy arropada por su familia que le brindó un gran desarrollo integral y una exquisita educación siempre enriquecida por su mundo con grandes experiencias culturales, artísticas y científicas. Tenía una necesidad vital de amistad. Fue creyente de los principios del catolicismo pero nunca quiso pertenecer a la iglesia católica siendo laica y considerada como una mujer representante de un nuevo concepto de bondad y de santidad muy preocupada por los más débiles, como un caso raro de mujer luchadora, alegre, positiva y comprometida llegando a llamarla “la virgen roja”. Vinculaba a sus vivencias cotidianas las ideas sociales, artísticas y filosóficas. Padecía de dolores de cabeza y se cuenta de ella que tuvo tres experiencias místicas de forma natural e involuntaria. Por su parte no hubo una búsqueda de Dios y llegó a decir que el cristianismo es la religión de los esclavos.  Aceptaba la divisa del verso de Esquilo: Por el sufrimiento se llega al conocimiento”. Para ella el mundo es la ausencia de Dios, su distancia que llamamos espacio, su espera que llamamos tiempo y su huella que llamamos belleza.
Estudió filosofía y literatura clásica.  Realizo una tesis bajo el título: “Ciencia y percepción en Descartes”.  Trabajó como profesora de filosofía. Ningún partido ni movimiento religioso la reclamó para sí, creyentes o no creyentes, progresistas o reaccionarios pues su vida y obra incomoda ya que evidenciaba una gran lucidez frente a los poderes establecidos por su intención de “pensar y de no vender su inteligencia”. Es conocida como escritora de textos místicos y filosóficos y de una gran paradoja.
Para ella la educación tiene que ver con la confianza ¿de qué, con quién y de quién me fío para que me guíe en un camino de aprendizaje? ¿ hay que someterse a la conducción de la autoridad de los sabios, a las luces de la razón o al sentido común, o a lo científico, lo real, lo teórico, lo práctico, etc? ?. Se negaba a impartir una educación memorística y repetitiva ya que quería estimular el pensamiento y la imaginación en los estudiantes.
Aunque era pacifista radical fue tildada de izquierdista peligrosa porque participaba en protestas y marchas causando grandes reyertas y aunque leyó a Marx y le gustaban sus ideas polemizaba en la actitud ante vivos y muertos.
Su obra es un regalo y a la vez un desafío que busca esclarecer la situación del hombre y del mundo en el que vive. Siempre ha escrito artículos con destino a los obreros y su fuerza de voluntad hizo que siempre saliera hacía delante.


Vivió un tiempo en Alemania y dejó la profesión docente para trabajar en la Renault. Ella fue llamada realmente “una rebelde con causa” y dice que en el trabajo referente a la fábrica “no hay órdenes contradictorias sino que hay humillación en la forma de cómo se reciben las órdenes. Ella se considera una mujer esclava y desde una actitud religiosa matiza su postura frente a la pobreza obrera y se hace la siguiente pregunta:
¿Cómo esperar que de una clase esclavizada pueda llegar la salida de la opresión cuando lo que se ha visto es un mero relevo de poderes que atrapados en lo que Hegel llama la dialéctica del amo y el esclavo, lo que buscan es el momento de la revancha y gozar de los deleites del poder que pueden ejercer sobre los demás?
Sus ideas pueden parecer ingenuas e iluminadas pero ella acerca de la Organización de las fábricas trata de saber si permiten ejercer sin oprimir espíritus y cuerpos y que si el mal social proviene de las mismas es allí donde hay que corregirlo y que aunque hacerlo es difícil no es imposible. Lo más importante es no destruir personas. Ya no es tan importante hacerlos felices ni dóciles como no envilecerlos.
Sostiene que a lo largo de la historia la actividad manual e intelectual estuvo siempre enfrentada, la fuerza del trabajo frente a los que manejan las palabras.
Tuvo un encuentro con Simone de Beauvoir donde se entresaca en la relación que si S. Weil luchaba por el deseo de que nadie pasara hambre en el mundo S. de Beauvoir decía que ese no era el problema en el mundo ni el de la felicidad sino el de dar sentido a la existencia.

TS Eliot decía que Simone Weil “Amó de verdad el orden y la jerarquía más que muchos que se llaman a sí mismos conservadores, y al mismo tiempo, amó de verdad al pueblo más que muchos de los que se llaman a sí mismos socialistas”.

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