"La escuela debe de elevarse con el trabajo"
El panel de la foto forma parte de la exposición de la Bauhaus - Museum. En el panel podemos ver tres sillas y tres fotos de tres hombres que han dirigido la escuela de la Bauhaus en la ciudad de Weimar, uno de los lugares más representativos de la cultura ya que fue declarada capital de la cultura en 1.999. El Museo ofrece información sobre el desarrollo de la Bauhaus estatal de Weimar, la universidad de diseño más importante del siglo XX. En el panel se ven tres hombres y tres sillas que significan tres etapas diferenciadas por tres directores de la Bauhaus. Cada uno de ellos dio un perfil y un carácter a la escuela. El objetivo de la escuela como se especifica en su manifiesto de Fundación consistía en una utopía que trataba de unificar el arte tanto en su teoría como en su práctica y en lo social.
La primera silla por la izquierda o número uno corresponde a la primera etapa cuyo director fue Henry Van de Velde . Arquitecto, diseñador y pintor belga considerado como uno de los fundadores del Modernismo en Bélgica, más tarde evolucionó hacía el racionalismo y anticipó el funcionalismo y la abstracción. Dirigió la escuela de artes y oficios de Weimar desde 1902 hasta 1919. Defendió sus ideas del arte en escritos como "El arte futuro". Pensaba que las artes debían de supeditarse a las decorativas. Se centraba en lo externo predominando la inspiración en la naturaleza, en el entorno ya que mejorando el entorno del hombre, el hombre mejoraba. Diseñaba teniendo muy en cuenta los espacios y la idea de progreso se mezclaba con la intuición ya que era necesario una reacción que devolviera a los objetos de la vida cotidiana cierta estética.
La segunda silla situada en el centro corresponde a Walter Gropius. Desempeñó labores de docencia y de dirección en la Escuela de la Bauhaus desde 1919 hasta 1928. En esta segunda etapa se unen arte y técnica. Promueve una actividad creativa centrada en el interior de la persona y en un trabajo individual en contra del mundo exterior. Tenía clara influencia expresionista. Formó parte de un movimiento que pretendía unir el arte, la estética con el diseño industrial. Llamó a la escuela "Staatliches Bauhaus" manifestando los valores más representativos de la Bauhaus fundamentados en" La forma sigue a la función" que abre un debate sobre la integridad ya que el principio estaba basado en la forma y su finalidad o función. Según esta filosofía los estudiantes son educados para crear objetos funcionales, hermosos en simplicidad y en el aprovechamiento de recursos. El diseño no es cuestión de percepción sino de estructuración y teoría.
La tercera silla situada a la derecha corresponde a Otto Bartning. Dirigió la Escuela de la Bauhaus desde 1926 hasta 1930. Inició su formación como arquitecto en Karlsruhe y amplió estudios en Berlin. Desarrolló las principales características del programa educativo y pedagógico de la escuela junto con Walter Gropius. Demostró su continuo interés en los temas teóricos, prácticos y sociales. En esta tercera etapa se añade la satisfacción de necesidades sociales trabajando de manera práctica y artesanal para realizar diseños comunitarios tales como viviendas, iglesias, hospitales, etc. Basa el expresionismo en la teoría de las "Almas de cristal" que representan lo más alto, lo más puro con la necesidad de espacios que fortalezcan el alma. Los edificios debían de servir para curar el alma en generaciones enteras. Las casas de cristal eran casas de atención y cuidado atraídas por la luz del sol brillantes como un diamante. El diamante abre perspectivas cósmicas que se refieren al origen de la vida. La iconografía del cristal se remonta al Rey Salomón con historias y leyendas cuya metáfora era el cristal y cuyas creencias y misterios se han transmitido a lo largo de los siglos y han llenado páginas de literatura e inspirado a muchos artistas de arte visual, pintores, músicos, danza, diseñadores, etc. Muchas personas han querido ahondar en estos mitos desde un rigor científico investigando y buscando la verdad que se esconde detrás de ellos con el fin de cambiar el rumbo de la historia.
En 1996 la UNESCO declaró algunos edificios de la Bauhaus y de Weimar como Patrimonio de la Humanidad. Hoy en día perdura esa belleza e intelectualidad en toda la ciudad. El idealismo, el romanticismo y el racionalismo han sido las señas de identidad de la escuela en las distintas etapas y se han convertido en todo un referente cultural. Desde luego que es un lugar con mucho encanto.
En 1996 la UNESCO declaró algunos edificios de la Bauhaus y de Weimar como Patrimonio de la Humanidad. Hoy en día perdura esa belleza e intelectualidad en toda la ciudad. El idealismo, el romanticismo y el racionalismo han sido las señas de identidad de la escuela en las distintas etapas y se han convertido en todo un referente cultural. Desde luego que es un lugar con mucho encanto.
Miro el boceto, mi alma se mueve, baila y balancea en el espacio, la
secuencia y las proporciones que están diseñadas para ella. Puede apreciar
un acorde nuevo como una unidad de diferentes tonos en una relación numérica
simple. El ojo también ve esto en un cristal. (Otto
Bartning. El arquitecto del culto )
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