sábado, 22 de febrero de 2014

Tiempo de reflexiones y preguntas

Me gustaría fijar unas líneas de reflexión como comprensión, saber y aprendizaje. Voy a repasar ideas y formular preguntas como superación de prejuicios:

¿El desarrollo ético en la escuela consiste en saber cómo debe comportarse uno mismo por el propio sentido de la dignidad y por consideración hacia los demás.? ¿Tiene que ver con el sistema y la honradez de la persona? 
¿La política se puede entender como pedagogía social: reforma de cabezas y corazones más que como lucha y conquista de poder político?
¿En toda la vida humana hay tres componentes esenciales: El yo, la circunstancia y el otro?.  El yo “lo sensible, la cultura, lo concreto, la ética”, la circunstancia “los principios, los conceptos, el conocimiento, las realidades”, el otro “la reflexión de los valores, el esfuerzo, la radical libertad del ser humano, el compromiso personal, el bagaje, la seriedad”
¿El espectador y el espectáculo es una realidad única, opuesta e inseparable?
Cuando somos espectadores y miramos el espectáculo podemos realizar crítica, es una forma de observación, de vida pero la realidad es otra. La escuela tiene que preparar para que todos sean parte activa, sean productores, dinámicos, protagonistas e importantes. Otra cosa luego es la vida que cada cual tendrá que vivirla de una forma determinada aunque entiendo que con una preparación y decisión.
¿La vida es acción?¿Con respeto todos ganamos? ¿Es más duro admitir un sentimiento de derrota que tenerlo de victoria? Preparar para que el sentimiento sea de superación sobre uno mismo, de automejora. 
La autoconfianza tiene que desarrollarse se sea bien aceptado o no y la ética, como si de un esfuerzo deportivo se tratara, como llegar a una meta, sin rechazos, ver los valores de la espontaneidad, del bien, del deber, de la creatividad, innovación, etc… Ayudar en la búsqueda de felicidad, vitalidad, belleza, avance en la vida, es una exigencia para cada uno, para poder entender y desarrollar la vida, llevándola hasta el máximo. Con esa idea del esfuerzo que se complace a sí mismo, relajarse, no sacrificar tanto, ni preocuparse, las circunstancias no las elegimos, puedes ser o no adversas, nosotros tenemos que llevar nuestro proyecto de vida y hay que hacerlo de la forma más feliz posible. A veces, todo en la persona es problemático, pero darse cuenta de esto ya es ponerse a nivel, conducirse. Si se hace de forma radical es atroz pero pensemos que la filosofía es radicalismo porque es un esfuerzo por descubrirse y descubrir las raíces de uno mismo y de los demás, desterrar el oscurantismo, la ignorancia, las supersticiones.
Sabemos lo que es competir y cooperar, incluso lo vemos en la política, en las teorías de los grupos donde se crea un alto nivel de aceptación y de exclusión. Entiendo que lo que se excluye la mayoría de las veces no es por falta de habilidad sino de otros factores pero primordialmente de honradez y lo que se acepta muchas veces no siempre se hace por comprensión y confianza sino por necesidad y sumisión o simplemente por obligación. Tanto compitiendo como colaborando te puedes sentir amedrentada por otros, en ambas circunstancias, o bien, son felices cuando sucede algo molesto, desagradable, malo a otros y no se solidarizan, o bien, el éxito y el sentido de una unidad no está bien compartido, porque no todos estamos en la misma línea, siempre hay personas que van a disponer de más consideraciones, ser mejor tratadas y viceversa. En ambas formas hay división por categorías, se crean barreras y se justifican las diferencias como si de un espectáculo se tratase obligándonos a ser espectadores siendo todo ello una forma de exclusión, o no, puedes excluirte tú mismo por no aceptar esa forma de funcionamiento. Siempre hay gente que continua en el juego y que se cree con aceptación mutua pero tampoco quiere decir que hayan sido ganadores ni los que se han salido que hayan sido perdedores, quizás no quieras ese tipo de aceptación ni convertirte en espectador ni en un puro observador, pero hablando de términos de vida, quizás tampoco se tiene porque exponer tanto, ni poner en peligro. Se trabaja, se realiza la labor lo mejor que se puede y es lo que hay. Si no se está a gusto y se es joven siempre se puede buscar otra actividad que convenga y si se es mayor se puede prejubilar o buscar otro tipo de beneficios y satisfacciones. Cuando alguien abandona el juego es que bien ha querido, o se ha visto obligado por las circunstancias del mismo, o han existido otras circunstancias. No quiere decir que hayas perdido la confianza, ni de un sentimiento negativo a las dificultades, ni poca tolerancia a la derrota, sino que has dado por finalizada una actividad porque personalmente te generaba mucho esfuerzo y te aportaba más problemas que beneficios.

Como punto final y motivo de reflexión, poner de manifiesto un pensamiento de Mafalda: «Como siempre, lo urgente no deja tiempo para lo importante.

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