sábado, 1 de febrero de 2014

Reseñas biográficas


Como soy de temperamento tenaz y me encanta estudiar hoy me encontré escribiendo mi método. Sentarme, estudiar, escribir mis pensamientos y sobre todo reconciliarme con mi misma. Con lo que soy. Y enseguida comprendo que los acontecimientos y lo que sucede tengo que aceptarlo y con humor, alegría y buen talante. Siempre fui lectora pero desde temprana edad me interesaba profundizar más sobre mi propia identidad. Y me gustaba la psicología, la filosofía, la pedagogía. Claro que esto que puede parecer egocentrismo y narcisismo, el tener una buena imagen de mí misma, ser positiva, es lo que te lleva al progreso espiritual, a una conciencia mayor, a la transformación de la biografía, de una misma. No deja de ser una disciplina para aumentar la confianza en mí misma. Lo que a veces me disgustaba era que mis ensayos la mayoría de las veces tenían un carácter testimonial. Y lo que puede ser bueno no deja de ser un desnudo y la verdad al desnudo puede ser dolorosa pero no deja de ser el camino por el que he optado. Es una forma de ver la vida, de dejar de soñar y empezar a vivir. Es mi parecer que cuando no construimos castillos en el aire es cuando realmente se obtienen frutos en el aspecto que te familiarizas con la realidad. Sé que me han orientado lecturas que para mí han sido muy luminosas pero he sido yo, guiada por mi propio interior la que se ha encontrado consigo misma. Comprendo que el mundo no depende de mí. Las cosas suceden como suceden y puedo interpretarlas, pueden dolerme o resultarme placenteras. Creo que es una forma de posición humilde y de verse en el propio espejo. Me asegura una mayor confianza, capacidad de percepción y mayor sensibilidad.



Realmente somos como un barco cuando navega. Ver el mar siempre me ha causado curiosidad. Las olas son el movimiento y pueden producir tranquilidad o agitación.
El trabajo nace con la persona y quizás hoy ya está más ligado a la renuncia. Me gusta viajar, leer, entretenerme, etc... Todas las experiencias compiten entre ellas y con la vida misma. Cuando algo me gusta, en ocasiones, estoy obligada hacer lo contrario, no viajar, no leer, no  entretenerme, y cuando sucede es casi mejor que su contrario para el descubrimiento de la paz interior, de la luz que hay en cada uno.
Muchas veces me preguntan y tú  ¿porque luchas y trabajas tanto? Parece que lucha y trabajo son conceptos parecidos pues el trabajo es un tipo de lucha y la lucha es un tipo de trabajo.  En cambio no es así, entiendo que lucha es un concepto mucho más amplio.
Lucha se refiere generalmente a un combate y en lo que aquí respecta es en relación a la persona misma. El esfuerzo puede estar relacionado con la solución de un conflicto,  con la propia autobiografía, con las ideas y principios, la propia ideología, con la familia, con el instinto de supervivencia, con el afán de superación, con la danza de la vida respecto al comer, vestir, viajar, etc… con otros significados e intereses como puede ser la lucha de clases, la lucha política, cuestiones sociales, individuales, organizacionales, intelectuales, o contra una enfermedad. Ello todo es sano y saludable.
El trabajo se refiere al oficio, a la actividad que realizo a cambio de un salario. Porque si lo interpreto como las tareas que llevo a cabo en un día estoy perennemente trabajando. Es cierto que soy feliz con mi trabajo y que por muchas razones resulta gratificante y satisfactorio aunque también requiere un gran esfuerzo físico, mental y tiene sus dificultades y sufrimientos.
Es obvio que hay que trabajar y ganar dinero para mantenerte en esta vida pero también puedes hacerlo de muy diferentes maneras. Las hay que no tienes que sacrificarte ni exponer tanto.


Lo que si comprendí es que actuamos según el conocimiento y la sabiduría que tenemos y si lo hacemos mal es por pura ignorancia. Estoy segura que no podemos luchar contra la gente ni condenar a la persona del pasado porque en el presente ya es otra, tiene otra sabiduría.

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