miércoles, 5 de junio de 2013

Ser humano

Os dejo este precioso poema de Yolanda Calvo Gómez dónde nos invita a reflexionar acerca del miedo. El miedo es siempre un límite, un obstáculo y una vez que se vence has superado una meta que te permite continuar avanzando.


He bajado al valle y subido a la montaña. 
He caminado a oscuras en la noche, 
He avanzado a trompicones bajo la cegadora luz del sol. 
He tallado la piedra para cazar, he penetrado los secretos del átomo.
He sido niño, he sido anciano. 
He sido madre, he sido padre.
He sido hombre, he sido mujer.
He sido monje, he sido guerrero. 
He sido astuto como el zorro, ágil como el gato, traidor como la hiena, egoísta como el buitre, fiel como el perro.
He conocido el odio, el resentimiento, la culpa, la vergüenza, el dolor, la crueldad que he ejercido y la que he sufrido, y el miedo que aferra, que inmoviliza las manos y las piernas y te clava en el camino. 
He conocido, también, el amor, la amistad, el sacrificio, el agradecimiento, la generosidad, el heroísmo, he recibido ayuda y la he dado. He llorado con el dolor de otros, y otros han llorado con el mío. Y cuando todo parecía imposible he encontrado una fuerza que me ha liberado del miedo y me ha permitido ir más allá de donde creí que estaba permitido. 
He buscado la respuesta en Dios, en el Universo, en la Ciencia, en la molécula-medicina que calmara mi mente y me diera equilibrio y Felicidad. 
He recorrido todos los caminos, del planeta y del Universo, buscando esa respuesta. 
Ahora, he vuelto a casa, a mi casa, a mi hogar… a mi interior, a mi corazón y mi mente.
Allí he encontrado un espacio vacío y oscuro. He sentido miedo y no me he atrevido a avanzar. Pero he sentido también curiosidad, me he preguntado qué era ese vacío, he penetrado en él y me he quedado allí en silencio. Noté cómo las fronteras que me delimitan y me definen desaparecían y mi yo se disolvía. Y era Todo. Y entonces ha surgido una nueva sensación, una nueva emoción que nunca antes había experimentado con tal intensidad: la paz, el Amor y la seguridad absoluta y sin límites.
Ahora, quiero vivir en esa serenidad, quiero liberarme del mordisco salvaje de las emociones primitivas. Quiero vivir con calma, felicidad, amor y plenitud. 
Quiero romper las barreras y las fronteras de mi piel y mi mente que me separan de lo que sientes tú, de lo que eres tú, del animal, de la planta y de la piedra. 
Dejar de ser Yo, dejar de ser gota. 
Ser Océano.

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