Hoy se celebra el día internacional contra la violencia y el acoso escolar. El acoso es conocido también como Bullying y resulta como un hostigamiento constante sin ver una causa aparente, la forma de ser, las costumbres, los comportamientos, la estética, la competencia y la incompetencia, el saber y la ignorancia, la aptitud y la habilidad, inaptitud y torpeza, la experiencia y la inexperiencia y otras causas pueden llevar a un maltrato, indiferencia, a ser victimas de agresiones. Y con la pandemia que estamos sufriendo una pregunta que nos hacemos es la de ¿dónde quedaron los cuerpos? Somos ya seres individuales que nos habitamos solos, nos organizamos solos, nos gestionamos solos, y la autonomía está muy bien, es esencial para saber desenvolverse en la vida pero ¿donde quedó lo comunitario?, ¿cómo se comparte?.
La persona en soledad no se puede pensar en que es carente de empatía pero en realidad ocurre porque de alguna manera o no gusta al sistema porque pone en cuestionamiento las estrucuturas, se sale del formato y eso es ser rebelde, revolucionario, cuestionarse las cosas o es victima de las situaciones, no puede trabajar como los demás, hacer lo que tiene que hacer, ser responsable, se la pone en tela de juicio o es ella la que no quiere formar parte de este sistema y si no se le pone solución puede haber consecuencias lamentables.
Ya es una realidad que se sufre y no se puede entender, más a los profesionales que se les pide que se cuestionen, que reflexionen, que se ubiquen en la realidad y luego hay que comprender situaciones que se dan y que descolocan. Situaciones que dejan sin respuesta. Aquel que se ha tomado la mañana libre, o la que no ha querido reunirse o aquella con la que no se ha contado, a los que no han permitido entrar, o a los que se escapan y tienes que buscar, o a los que se pelean e insultan. Situaciones que llevan a que un día normal cambie y que se haga menos llevadero, más problemático y complicado. Y se buscan soluciones que no están en el reglamento ni en las normativas ni que los supervisores o expertos quizás vayan a entender. Parece ser que el problema es de cada uno, y cada vez se aislan más, y se etiquetan personas, y se etiquetan escuelas, y surge la expresión "Es lo que hay", ¿Pero que hay? ¿Que significa esto?, ¿Cómo evitar esto?
Y surgen preguntas ¿Dónde quedó la palabra? ¿Los proyectos juntos?¿La colaboración y la coordinación con los distintos miembros? ¿Quién toma las decisiones y porqué? ¿Porqué pasó esto?¿Que es lo normal y tranquilo?. Se nos pide brindar herramientas para el alumnado, permitirles que se defiendan ante situaciones que a los padres, familias, y maestros se les escapa de las manos. Que es tarea de los docentes fortalecer la personalidad, que se necesita una buena educación en valores, un buen desarrollo integral, y saber trabajar las situaciones y que no nos descoloquen.
No se puede culpar a la escuela de todo. Es cierto que el individuo tiene su biografía cuando se incorpora al centro, y la sociedad con los tiempos ha avanzado mucho pero muchas historias de vida ocurren en la escuela, no siempre es un funcionamiento ideal, hay momentos perfectos pero otros no lo son. El problema surge cuando no se comparte esa práctica cotidiana que ocurre en el espacio escolar. La escuela está en construcción permanente y lo que allí ocurre afecta a todos, por eso es sumamente importante la gestión para no ocasionar tensiones y problemáticas a otros que captan los hechos, los mensajes y a los que les surge entonces la soledad y cierran la puerta y solo van a lo suyo. La soledad quizás es un castigo, o bien que imponen o bien que se impone el individuo, pero es una forma igual de no estar anclado a nada, de no tener apego ni compromiso, al menos hacía algo con lo que no se está de acuerdo, es una opción, una forma de optar por algo, quizás se opta más por la compasión quizás que por la crítica, no se iba a comprender.
Y se actua, en un discurso que no está escrito y sale el artista que se lleva dentro y esto salva porque justifica muchas cosas. A los artistas se les perdona muchas cosas, y muchas decisiones porque suelen lograr aquello que otros no saben o no se atreven hacer.
Por elección no se figura, y se sufre por el problema con el compromiso pero hay que darse cuenta que cada día también es una oportunidad de hacerlo de otra forma, el individuo es siempre el "yo" y es muy incómodo para el "nosotros", cuestionar es incomodar pero también lo es el silencio, y muchas veces no se rompe porque se sabe que a la vez no van a permitir continuar siendo como se es, y es aquí cuando se opta por seguir a lo suyo, tener sus prevendas, disfrutar de su libertad. Esta forma quizás genera menos desgaste, menos enfados, menos ira, hiere menos la sensibilidad pero si pensamos que es mucho lo que hay, que las situaciones son complicadas y que hablando se pueden resolver las situaciones quizás se opte por hablar, comunicarse, conversar y reencontrarse con los otros.
La escuela es el lugar más idóneo para aprender, para tener conocimiento, para visibilizar los malestares, las tensiones, para generar encuentros y ponerse ante las situaciones, exponerlas, explicarlas, dar soluciones.
No puede ponerse la escuela como un lugar solo de disciplina, de premios y castigos, sino de convivencia, no se puede dejar afuera al que nos parece que no cumple las normas, que es revolucionario, que se le cuestiona todo, no puede negarse ni el aprendizaje ni la educación. Mucha gente niega la educación cuando en realidad hacen de la escuela un lugar poco habitable. Cuando alguien plantea un problema hay que buscar la solución pero hay que ver el contraste de la misma, tanto de los discursos moralistas como de los críticos y provocadores de esa moral, porque los usos, las costumbres, la cultura no se entiende igual y se pueden mostrar otras formas de acuerdo a otras situaciones.
Las generaciones que vienen necesitan sostener vínculos, construir y confiar, por eso hay que analizar desde lo sensible, desde otras situaciones de escucha, dar la oportunidad a que el alumnado sea artista y garantizarle calidad, dignificar al ser humano que se es.
De acuerdo a un informe de la UNESCO, uno de cada tres estudiantes es victima de acoso por sus compañeros en los centros donde se imparte educación, por eso hay que aunar esfuerzos e intentar hacerlo bien e incluir, respetar los derechos de las personas. Los adultos podemos solucionar situaciones para que no tengan repercusiones en la salud mental, en el rendimiento y en la forma de vida de las personas. Tener un futuro mejor, responsable y a la vez lleno de oportunidades donde poder elegir lo que conviene a cada uno.
Según datos que aporta Shapiro Lawrence, la comunicación y la gestión emocional componen el 90% de nuestras experiencias vitales. Aprender a manejar las tensiones, el estrés, la calma, la postura, la expresión facial, aprender a jugar. La ira, la agresividad, el ser victima no es bueno porque son problemas emocionales comunes que pueden llegar a interpretar actitudes y llegar a pensar mal de todo, a desconfiar, a distorsionar con otras intenciones distintas a las que realmente se tienen. La buena comunicación es esencial para obtener relaciones satisfactorias. Aprender a distinguir lo físico de lo emocional porque realmente no se sabe, a transformar lo desagradable, lo que no gusta, diferenciar y distinguir lo que no agrada, la ira, la vergüenza, el nerviosismo, la tristeza, los miedos, las provocaciones, los nuevos tabús sociales, distinguir entre ficción y realidad y aceptar la realidad, tal cual facilitando el bienestar personal, psicológico, social.
Esta fecha es importante porque permite reflexionar y profundizar en las verdaderas causas de la violencia y del acoso. Si se quiere realmente un mundo mejor, una vida digna y con bienestar hay que transformar a las personas, a las escuelas, a la sociedad para que valoren la vida, sean sanos y saludables y el mundo será mejor.
Para finalizar comentar que una buena salud mental es clave para la vida de los ciudadanos y para el trabajo ya sea del profesional, del estudiante, del individuo. Y que hay mucha relación entre la ayuda que se ofrece al alumnado de una forma humana y la forma cómo se aborda todo incluido el sufrimiento que tienen las personas y las respuestas que se dan. La empatía no se entiende siempre igual, muchas veces las soluciones que se toman no se entienden ni parecen las más idóneas ni las mejores, y más legales, conformes e idóneas con la sociedad que también se quiere y se busca. Por eso la comunicación es importante. Ahora se viven momentos difíciles y de gran impacto emocional porque las situaciones así como las del COVID 19 hacen que se funcione en la vida con más incertidumbre, obligan a más hábitos e higiene, a más recursos y diferentes, a utilizar mascarilla, gel, a mantener distancias y hacen que se aumente el estrés, la irritabilidad, los miedos, es un poco más traumático. La tarea de la familia, de la docencia y de la sociedad es clave a la hora de aplicar y gestionar las emociones, de tranquilizar, de consolar, estimular y animar en la preocupación, en la apatía, en la tristeza, de calmar la irritabilidad, la excitación, de compartir inquietudes, de ser solidarios, de mostrar gratitud y esto lleva a menos violencia y menos acoso..
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