Hoy os dejo la cita elegida por Rosa Montero para la novela "El peso del corazón" y un fragmento del libro donde nos dice que el cerebro reescribe constantemente los recuerdos para que se ajusten mejor a nuestra forma de pensar ya que es la memoria la que nos ayuda a tomar decisiones pero afirma que es irreal dado que el funcionamiento de la misma es complejo debido a los sucesos tanto pasados como cotidianos donde hay que actualizarse constantemente en defensa por la vida para asimilar los sentimientos contradictorios.
¿No puedes curar una mente enferma, arrancar de su memoria una pena arraigada, borrar las angustias grabadas en el cerebro y, con algún dulce antídoto de olvido, limpiar el pecho oprimido de las materias peligrosas que pesan sobre el corazón?
¿No puedes curar una mente enferma, arrancar de su memoria una pena arraigada, borrar las angustias grabadas en el cerebro y, con algún dulce antídoto de olvido, limpiar el pecho oprimido de las materias peligrosas que pesan sobre el corazón?
Shakespeare, Macbeth
La frase al igual que la novela habla del dolor, de todo aquello que te ha quedado grabado en el cerebro y que te es difícil sacar, es el peso ya no solo del corazón sino de la vida. Parece una obsesión, hablar de lo mismo pero no es igual, es sacártelo afuera para aprender y encontrar una explicación que te lleve a comprender. Una vez que esto sucede es como un alivio y se sucede el avance.
Fragmento del libro:
"Voy a contarte algo que creo que te va a interesar... -prosiguió el hombre-. Hace cinco años, cuando tenía veintiséis, sufrí una embolia cerebral. Quizá fuera causada por el desorden TP, porque acababa de dar un salto de teleportación. El caso es que me trataron a tiempo y no quedaron secuelas... salvo una. Olvidé mi infancia. Toda mi infancia. No recordaba nada antes de los ocho o nueve años. Me puse a reconstruir el tiempo perdido con vídeos de mi niñez, con lo que mi familia me contaba; y luego, muy pronto, comenzaron a venir los recuerdos, montones de recuerdos llenando las lagunas de mi cabeza. pero entonces descubrí que todas esas reminiscencias eran falsas; pruebas documentales me demostraron una y otra vez que mis supuestos recuerdos eran en realidad construcciones imaginarias, cuentos que mi cerebro herido inventaba afanosamente para cerrar el agujero, para llenar el insoportable vacío. Porque el cerebro humano es un mago, un prestidigitador, un narrador incontinente que reescribe de forma constante la realidad, que nos la traduce y la reinventa Y, en mi caso, ese trazo está llevado hasta el paroxismo. Ahí sigue, sólida y bien asentada en mi cabeza, esa memoria irreal, esa infancia fingida rica en intrincados detalles y llena de color y de emoción. Soy como tú, Bruna."
Fragmento del libro:
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