domingo, 17 de marzo de 2013

El mundo y la educación



El mundo ha cambiado. y esto exige una transformación.  Entiendo que un profesor nada más terminar la carrera tendría que acceder a realizar un programa de formación con adquisición de responsabilidades y capacidad de forma progresiva y tutelada.
Los centros tendrían que estar debidamente acreditados para asegurar una adecuada formación especializada. 
El programa de formación tendría que ver con la especialidad a impartir y tendría un periodo de duración.
Entre las especialidades estarían  por una parte las diferentes áreas: matemáticas, lengua, educación física, juegos  y deporte, geografía, historia, naturales, conocimiento del medio (entorno), lengua propia de dónde se vive más las de procedencia, informática, artística, música, etc. (conocimiento de contenidos por niveles, métodos, técnicas y herramientas).
Por otra estaría todo lo relacionado con la parte pedagógica, organización y la tutoría: Saber llevar a cabo una programación con sus unidades didácticas y sesiones a impartir, realizar actas y demás documentos de una clase, realización de salidas con el grupo, faltas y su justificación, recursos a mejorar, tratamiento en las reuniones con las familias, el alumnado, coordinación con el profesorado, etc…
Los recreos, liguillas, biblioteca, etc… tendría que ser llevado por personal educativo independiente de las aulas.
No entiendo que como dice  el exconsejero de la Junta Nacional de Educación de Filandia  Reijo Laukkanen en la entrevista concedida acerca de la educación en Filandia sea suficiente la evaluación de las familias. Las familias tienen que partir de que sus hijos e hijas tienen un buen profesorado y que el mismo sabe trabajar, tiene capacidad, conocimientos e introduce las novedades y las mejoras que se necesitan.
Las familias tienen que estar despreocupadas en lo referente al profesorado, tienen que confiar y colaborar en el progreso, tareas, recursos tanto con sus hijos como con el profesorado.
No entiendo que el alumnado con las mejores calificaciones quieran o tengan que ser docentes ni en esa excelencia que nos hablan de la formación del profesorado en  Finlandia. Si entiendo que los programas de formación en las Universidades tienen que mejorar. No es importante la nota sino el rendimiento global, las fases que ha superado durante la carrera y el currículo posterior, desde luego que al menos un máster y/ o doctorado tendría que tenerse para poder ejercer.
Con un personal bien formado es más fácil tener satisfacción tanto el alumnado, como los docentes y el sistema en general.
Tendríamos todos que reflexionar sobre el daño social que se hace a la imagen del profesorado, a la de un centro con un sistema que evalúa sólo lo externo y desde afuera sólo para decir que un centro es mejor que otro o para “quítate tú que me pongo yo”.
Entiendo que la educación tiene que ser pública y de calidad para todos independientemente de ideologías, religiones, etc…  para el bien de una sociedad sana y saludable.
He visto la película titulada  “la cinta blanca” y es un reflejo donde los niños son el producto de una sociedad enferma. Y esa es la clave. Cuando el profesor quiere arreglar y solucionar los problemas le acusan de enfermo, de loco. Una educación marcada por una sociedad que vivió guerras y represión, dónde el castigo, la violencia, la maldad, el odio, la perversidad del alma, las monstruosidades  que aparecen en la misma llevan a un malestar en la convivencia cotidiana del pueblo, dónde la conducta de los niños y la hipocresía de los adultos es lo que hace que se produzcan los acontecimientos tan terribles que la película muestra.
Es necesario abandonar lo que hay de miserable en la condición humana y restaurar el concepto de persona.
Y a la vez todo lo que expone la película puede llevar a preguntarnos muchísimas cosas porque plasma a dónde conducen el castigo, el origen de la maldad, los diálogos humillantes, etc.
La cinta blanca es utilizada como castigo para convivir con respeto, como etiqueta, mancha, es una forma de marcar públicamente perpetuando las cadenas del maltrato y del abuso, una pedagogía venenosa que no permite a los niños ser sanos. Nos habla ya no del castigo sino de sus consecuencias y de sus efectos en la sociedad.
Cuando el profesor comunica las diferencias, lo que ocurre y lo que hacen los niños le consideran un enfermo.
En los centros al alumnado hay  que protegerle al máximo la bondad, la ternura, el bien para que haya calidad y genio.
El director austriaco de la película “Michael Haneke” , filósofo alemán,  retrata este desarrollo social en la película “la cinta blanca” y nos muestra como en los niños se gesta la semilla de la crueldad símbolo de la barbarie y de las atrocidades humanas más grandes cometidas en los siglos pasados, anteriores y posteriores a las grandes guerras mundiales. Y nos hace la siguiente reflexión “debemos descubrir los mecanismos que vuelven a los hombres capaces de tales atrocidades, mostrárselos a ellos mismos y tratar de impedir que vuelvan a ser así (…) Es necesario disuadir a los hombres de golpear al exterior sin reflexión sobre sí mismos”.
En cualquier caso, la educación ha de conducir siempre hacia una autorreflexión crítica.
Wikipedia nos dice  que La cinta blanca – Das weiße Band (paradogicamente significa pureza espiritual y amuleto contra el pecado) se comporta como un análisis y una justificación, como una fotografía de las características sociales que permiten el surgimiento de gobernantes/ gobernados tan desquiciados” .
Antes se justificaba con el castigo, la humillación sin reparar en dejar por los suelos a otros seres humanos, con los golpes, vejaciones, en definitiva, seres enfermos que crean sociedades insanas.
Yo no sé si la maldad es inherente al ser humano, y si los niños nacen con maldad lo que no tenemos que permitir es que la desarrollen porque si es así nos dirigimos a una sociedad enferma y  tenemos que dirigir nuestra mirada hacía una sociedad sana y saludable.
El cine nació para reflejar una parte concreta de la vida, una dimensión del mundo aún no comprendida, que ninguna de las otras artes había podido expresar” Andrei tarkovsky.

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