jueves, 5 de diciembre de 2019

Las tres CS



Educar con tres CS  es el libro de Mar Romera. La autora es una hacker de la educación emocional con la búsqueda de la felicidad por encima de todo. Ella comenta que a los seis años la dieron por superdotada porque sumaba con decimales y pasó directamente de primero a segundo. A los once años en séptimo llamaron a sus padres para decirles que era deficiente. Ella no entendía que pasaba en la escuela que podía pasar de superdotada a deficiente. Por aquel entonces la obligaron a repetir curso y la aconsejaron que nunca fuera a la universidad, ha sido todo un  reto que ha tenido un futuro esperanzador donde dice que “las personas son importantes, los momentos son importantes y las situaciones son importantes”.

El prólogo del libro nos lleva a que reflexionemos lo que es la vida y lo que significa, que la pasión no es un gusto ni una afición sino que es una fuerza exagerada, incontrolable, un sentimiento enérgico que hace que las personas se sientan de alguna manera fuertes y valientes, confiadas, con superioridad y es algo que las demás personas notan y ven. Quizás como nos dice en la introducción la autora "se pelea la existencia con la dignidad del guerrero y la humildad amorosa de la madre". Cabe pensar que quizás hay que aprender a que cuando florezca esa pasión hay que saber controlarla en el sentido de que hoy en día estamos en una sociedad complicada que apenas se permite el saber y el ser persona, centrando aqui un malestar que atañe a la dignidad sin apenas dejar que se busque el propio saber y ser para poder desde el mismo avanzar y despertar los conocimientos, la sensibilidad y los auténticos valores y ser feliz.  

La escuela está pensada para compensar y dar respuesta a las carencias de la vida y eso nos viene a decir el escritor del prólogo “Javier Romero Naranjo” acerca de la autora del libro "Mar Romera" que es una referente educacional y de la escuela, una pasional de la educación que hace que la convierta en un movimiento social, activo y vivo, es decir, un método en sí mismo. Es como quien regala un plan de vida, un rumbo personal y profesional que trasciende siendo la mejor prueba de amor y de dedicación dando todo el tiempo de esa vida por y para la escuela regalando proyectos y como el decálogo del caminante haciendo tribu con la sabiduria.

Educar con tres CS se refiere a educar con capacidades, competencias y corazón donde dice Mar Romera que busca la escuela ideal para poder compartir su proyecto pero no la tiene, aunque si puede hablar de ella y cuando lo hace la encuentra, es algo esperanzador y aqui equipara la vida a la escuela que está pensada para el crecimiento personal y el disfrute y no solo para el sufrimiento y el sacrificio. Es muy doloroso ser utilizado solo para el sacrificio y el sufrimiento y parece que es lo que interesa a muchas personas para poder dominar siendo igualmente dificil el sabio dicho africano que igualmente acude el libro de "si caminas solo, llegarás más rápido pero si caminas acompañado lo harás más lejos" por el pudor de la utopia, la falsa modestia del sacrificio y es aqui donde se hace énfasis en las buenas personas y en el profesorado ideal en el sentido de que hay que querer a los niños quien no les quiera no puede dedicarse a esta profesión, da igual la metodología que se use , hay que quererles por encima de todo, admirarles, escucharles, contactar con ellos, tener intuición y saber lo que quieren, lo que piensan y lo que sienten, hay que aprender de ellos, admirarlos, saber escuchar sin emitir juicios de valor porque si se da la respuesta ya se tiene un juicio. Este amor hacía el alumnado es lo que va a generar autoridad y respeto, la presencia real del profesorado que le hace ser con dignidad un referente porque ha mirado desde la altura del niño y no desde arriba, ha dado importancia a los sentidos siendo capaz de hacer felices a los demás al mirar con los ojos de la infancia.  Se necesita siempre tiempo para pasear, para observar la belleza de la naturaleza y de la vida. La infancia tiene que vivir las emociones, alegrías y miedos, la paz y las tristezas y esto además de las palabras se transmite con sentimientos, con acciones. El profesor no es un terapeuta ante un trauma pero si es educador del desarrollo integral y eso no es exclusivamente de aprender a leer y a sumar, del saber. Añade que el profesor es igualmente persona y que no solo tiene que preparar en los contenidos sino igualmente en el fracaso y dice que cuando se tiene un profesor de verdad, auténtico da mucha más importancia al ser que al saber y sabe enseñar a levantarse, trabaja el autoconcepto, la autoestima, el conocerse mejor a uno mismo sin enjuiciar a los demás. La escuela es necesaria para la vida pero no solo para saber sino para ser persona. Comenta que le gustaría ser como el profesor Keating de El club de los poetas muertos para proponer «vivir intensamente y sorberle todo el jugo a la vida. Dejar de un lado todo lo que no es vida. Para no descubrir, a la hora de nuestra muerte, que no hemos vivido». Ella quiere ser gente viva y aquí las ganas de aprender, de innovar, de mejorar la práctica siendo todo ello imprescindible. 

La primera revolución que hay que hacer es en uno mismo, es la mas importante. La lucha de las ideas comienza por uno mismo, como se es y lo que se hace en la escuela, como persona y como docente siendo aqui donde se mantiene la ilusión como si de la base se tratara o de la infancia porque sí se puede modificar la realidad de cada día gracias a que hay muchas buenas personas. Especialmente en los docentes se va transformando la profesión para alcanzar realmente un cambio real en la propia satisfacción al ver y contemplar el hacer y la sonrisa de la infancia. Es aqui en este pensamiento cuando realmente se ve que la vida merece la pena y que existe el bienestar y la felicidad.

Para finalizar os dejo tres puntos que tienen que ver con dos leyendas que aporta la autora en su libro y con el decálogo del caminante. El primer punto trata de los docentes y los tres filtros que son la verdad, la bondad y la necesidad, el segundo habla de los consejos de un padre a su hija acerca del vacio y del ruido que puede equipararse a la pasión desordenada e incontrolable y el tercero y último es el decálogo que recoge de Manuel Pimentel y cuenta lo que significa ser un viajero responsable porque "a fin de cuentas el ejercicio de la escuela es el ejercicio de la vida y el ejercicio de la vida es el ejercicio del caminante, del viajero responsable que puede disfrutar del camino": nadie dijo que el camino fuese fácil ni el de la profesión ni el de la vida ni la magia se puede comprar ni alquilar pero hay algo que se crea "con tantos colores y sorpresas como el ser humano" y es la propia vida.

1. Un discípulo llegó muy agitado a la casa de Sócrates y empezó a hablar de esta manera:
—¡Maestro! Quiero contarte cómo un amigo tuyo estuvo hablando de ti con malevolencia...
Sócrates lo interrumpió: —Espera. 
¿Ya has hecho pasar a través de los tres filtros lo que me vas a decir? —
¿Los tres filtros? 
—Sí —replicó Sócrates—. 
El primer filtro es la verdad: ¿ya has examinado cuidadosamente si lo que me quieres decir es verdadero en todos sus puntos?
—No... Se lo he oído decir a unos vecinos... 
—Pero al menos lo habrás hecho pasar por el segundo filtro, que es la bondad: ¿lo que me quieres decir es por lo menos bueno? 
—No, en realidad no... Al contrario... —¡Ah! —interrumpió Sócrates—. Entonces vamos al último filtro:
¿Es necesario que me cuentes eso?
—Para ser sincero, no... Necesario no es.
—Entonces —sonrió el sabio—, si no es verdadero, ni bueno, ni necesario, sepultémoslo en el olvido..

2. Cierta mañana, mi padre me invitó a dar un paseo en calesa por el campo y acepté con placer. Él se detuvo en una curva y después de un pequeño silencio me preguntó:
 —Además del cantar de los pájaros, ¿oyes alguna cosa más? 
Agudicé el oído y algunos segundos después le respondí: 
—Estoy oyendo el ruido de una calesa. 
—Eso es —dijo mi padre—. 
Es una calesa vacía. Le pregunté a mi padre: 
—¿Cómo sabes que es una calesa vacía, si aún no la vemos?
—Es muy fácil saber cuándo una calesa está vacía, por causa del ruido: cuanto más vacío va el carruaje, mayor es el ruido que hace —respondió.

3. El decálogo del caminante

Primero. Ten sueños, metas e ideales. Conceden sentido a tu andar y marcan el norte a tu brújula vital. Justifican el esfuerzo que realizas. La sensación de acercarte a ellos te proporcionará felicidad en tu camino. Segundo. Que esa meta te estimule, que no te aplaste. Metas más allá de tus posibilidades pueden frustrarte. Por el contrario, metas demasiado cortas pueden acomodarte y hastiarte. Deben conseguir que te esfuerces para dar lo mejor de ti, pero no amargarte ni alienarte.
Tercero. La felicidad no se concentra en el preciso instante de cruzar la meta, hay que saber encontrarla en cada etapa del camino. No la difieras en exclusiva al futuro logro de tus objetivos, disfruta de las pequeñas cosas de cada jornada. Establece metas intermedias; superarlas te estimulará y te reafirmará en el camino correcto. 
Cuarto. A meta alcanzada, nueva meta planteada. Evitarás el caos y el vacío de una vida sin proyecto ni norte. Esas nuevas metas no solo deben conjugarse con el más y más, sino con lo diferente y, sobre todo, con lo mejor. 
Quinto. Apóyate en el bastón de tu talento, guíate por la brújula de tus sueños e ideales y planta tus botas sobre la realidad. Los viejos caminantes saben que para llegar lejos deben marchar paso a paso, mirando al suelo para no tropezar, pero elevando la mirada a las estrellas para marcar el rumbo a seguir. Que tu inteligencia e intuición te ayuden a escoger la ruta más adecuada en las muchas bifurcaciones que se te presentarán cada día. 
Sexto. El camino tiene sentido en su conjunto. Integra en él los capítulos duros, de dolor y sufrimiento. Aislados, te amargarán; insertos en tu vida entera adquirirán sentido. Lo comprenderás cuando tengas suficiente altura de miras como para poder comprender tu propio camino pasado y sepas aprovecharlo para el que aún te queda por recorrer. 
Séptimo. Los demás caminantes reconocen en ti al personaje que tú proyectas. Eres lo que haces y no como piensas que eres. Raymond Carver escribió: «Tú no eres tu personaje, pero tu personaje sí eres tú». El personaje que los demás ven es más real que la persona que tú te consideras en tu interior. Presta atención a lo que en verdad haces, y no te autojustifiques con la excusa de lo que piensas que eres. 
Octavo. La coherencia entre tu persona y tu personaje, entre lo que piensas y lo que haces, te hará sentir bien. La incoherencia vital te hará el camino insufrible. 
Noveno. Tu vida es una novela que escribes con tus actos. Conoce a tu personaje y desarrolla tus potencialidades en función de las circunstancias y de tus sueños e ideales. Comprende tu realidad de escritor de la propia novela de tu vida, influye en el argumento de tu novela y concede mayor protagonismo a tu personaje. Podrás comprender tu camino en su conjunto. 
Décimo. No caminas solo. Tu felicidad también se encuentra en la de los demás. Lo que das, recibes. Ayuda con generosidad y no olvides que, además de las personas, también nos acompaña la naturaleza ubérrima con toda su vida hermana.

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