Formar personas cultas, sociables, amantes de la vida, consideradas,
menos dependientes del dinero y más respetuosas
con los recursos naturales, con el entorno y con el mundo.
La salud es un don. Todos queremos sentirnos bien,
estar bien, tener bienestar, ser felices. Cumplir con nuestras funciones de
vida. Poder hacer esto ya es disfrutar de la vida pues estamos en condiciones
de poder realizar algo. Y nuestro tiempo es productivo.
El primer eje en la escuela a trabajar es la salud. Pautas de comportamiento activas adquiriendo estilos de vida saludable.
El segundo es el estudio y la reflexión crítica. Ser intelectual. Los docentes como generadores de confianza con respuestas ante situaciones estresantes y con alternativas ante la resolución de conflictos entre los diferentes sectores.
El tercero es la cultura institucional. Reconocer tanto las tareas como la creatividad y la imaginación. Aportar ideas y conocimientos a un mundo competitivo y a la vez colaborativo con un saber hacer que nos lleve hacía adelante. Un modelo pedagógico y didáctico participativo que sabe relacionar la escuela con el entorno y que fortalece la construcción del conocimiento.
El cuarto es ser trascendente que significa salvaguardar lo que hay, lo existente, apreciar lo bueno, lo positivo y colaborar con aportaciones y actitudes que desarrollen la cultura y el pensamiento crítico encaminados a identificar conceptos, a cuestionarlos, más que a descubrir certezas dirigirlos a establecer nuevos conceptos, nuevas conclusiones y desde luego a la justicia y al sentido común.
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