Cuando estudiaba lo que pretendía
era desarrollar destrezas que en el menos tiempo posible me permitiesen
recordar toda la información para ponerla en práctica en el examen y aprobar.
Tenía dos amigas, una me escuchaba la información, ella aprendía mejor desde su
interior y la otra siempre criticaba lo
que decía, eso no es así, es de otra forma, etc… juntas nos cuestionábamos
cosas, reflexionábamos y mejorábamos lo
expuesto. Nuestros procesos eran diferentes. A mi me hubiera gustado además de
leer mis apuntes acudir a libros de consulta, tomar notas pero con ordenarlos e
incluir las referencias que me exigían era suficiente. Los apuntes los solía
dejar, a no ser de que la persona en cuestión que me los pidiese no la
conociese, ese hecho me producía desconfianza y podía pensar que igual no me
los iba a devolver o que tenía mucha cara pues no había aparecido por la clase
durante todo el año y me pedía los apuntes días antes del examen.
Mi estudio con esquemas,
resúmenes y anécdotas era mi forma de
aprendizaje.
Podía entenderlo todo o no, los
nombres los asociaba a partir de claves, relaciones, etc. Cuando explicaba con
ejemplos entraba el componente afectivo y ahí ya podía extenderme lo que me
exigiesen porque ya ponía otra mirada diferente a la de los autores y del
profesorado, escribía la mía, mis ideas, para mí era la más importante, la
forma de aprender, lo personalizaba todo, descubría aspectos nuevos, lo que me
bloqueaba, mis reacciones, me reconocía a mí o me sentía excluida pero era la
parte más apasionante del ejercicio. Claro que al profesorado podía gustarle o
no y en función de eso iba la nota. Tengo que decir que no puedo quejarme de
las evaluaciones obtenidas a lo largo de mi carrera de maestra y
posteriormente como pedagoga
pero me di cuenta del escaso tiempo que tuve para profundizar y
relacionar mis ideas, métodos, etc.
Hoy en día, en el siglo XXI, tanto el alumnado como el profesorado en este
proceso de aprender se ve beneficiado y ayudado con los ordenadores, las nuevas
tecnologías. A través de internet, blogs, facebook, juegos, etc… permiten apoyarse, desarrollar y ampliar
saberes, conocimientos, destrezas, valores, relaciones, más allá de los propios programas permitiendo
gestionarse a si mismos optimando las potencialidades personales dando
sentido no solo a la educación y formación sino a la propia existencia
haciendo de su vida un proyecto con dignidad y con más sabiduría para resolver
los problemas que se presentan-
“Todos piensan en cambiar el
mundo. Casi nadie piensa en cambiarse a sí mismo”. León Tolstoy.
Tu eres tu mejor estudio de caso.
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