Así comienza el libro "Un trabajo perfecto" de Carlos Alonso Sanz. El protagonista sentía que había conseguido el trabajo de su vida. Ser feliz en el trabajo era su sueño. Aspiraba a tener ese trabajo que tanto le gustaba, para el que se preparó toda una vida y estudió tanto "como un poseso". Pasó mil pruebas y lo consiguió. Tantas ideas, tantos sueños y cumplirlos realmente es una felicidad. Se encontraba feliz, como un triunfador. ¿Que he hecho yo para merecer esto? se preguntaba. Había estudiado, se había esforzado y lo había conseguido. Lo que significaba que desarrollaba su trabajo muy bien, con proyectos de calidad, de progreso. Le dedicaba muchas horas de su vida pero valía la pena y le aportaba un buen dinero con el que podía cubrir todas las necesidades.
Según vas leyendo te das cuenta que el trabajo perfecto no existe pues el trabajaba para una empresa y una vez llevado un tiempo comenzó a ver obscurantismo. La organización no era transparente, existía secretismo. Se dejaba la piel en el trabajo pero el éxito profesional dependía de ser capaz de soportar presión y "situaciones complicadas hasta niveles límites". Así que lo que le parecía un trabajo perfecto "era obscuro y peligroso". Pasó de ver el trabajo desde la perspectiva ideal, modelo y ejemplar de perfección a un trabajo diferente, más frío y violento de lo que se imaginaba, con chismorreos y vulgar. Interceptaban redes, descifraban mensajes, más de espionaje que de conocimiento y progreso, y se decepcionó. Además no podía mostrar sentimientos, cualquier signo de debilidad podía llevar a deshacerse de él o a un problema de salud. El trabajo era excelente pero lo comparaba con los bancos y la economía, como cuando se pide un préstamo que a la cantidad prestada hay que sumarle los intereses y si no los pagas al momento se les suma otros y otros llegando a ser todo mucho mas elevado de lo previsto.
Las cosas no eran como pensaba, no podía mezclar vida personal y profesional. Más que una empresa era una organización con sus normas. Comenzó a no ver trigo limpio, a sentirse vigilado y con miedo y sujeto a una disciplina, se dio cuenta que no podía confiar en nadie ya que podía traerle consecuencias que tenían que ver con la salud. El trabajo no tiene dificultades para él ya que todo lo desarrollaba a la perfección, para él lo técnico no presentaba ningún inconveniente pero si existía un problema y grande que era "la falta de humanidad". Empieza a sentir malestar, a saberse subordinado y explotado, cansado y con estrés. Acatar normas significaba que los superiores alcanzasen sus objetivos sabiendo que él no los iba a conseguir. Nota que algo falla y que va a ser imposible dar la talla a no ser como se suele decir que venda el alma al diablo, sea mas traidor y menos transparente.
Se puede llegar a la conclusión que la profesión que eligió no era tan ideal y que sus experiencias profesionales no eran tan satisfactorias por diversas causas:
1. Le gustaba el trabajo. Era una profesión ideal pero desconocida, con un desfase entre los proyectos que realizaba con tanta ilusión y luego para que servían si se aplicaban a la inversa. Se da cuenta que no sabe para quién trabaja ni a quién sirve.
2. Se siente amenazado y chantajeado porque los resultados van dirigidos a algo distinto. Hace su trabajo bien pero no sabe para que y tiene que ademas saber venderse.
3. Los superiores le piden que firme un contrato en el cual le piden que sea sumiso, no pregunte ni curiosee, endurezca su corazón, no puede tener sentimientos, ni amigos, ni mezclar amor y trabajo. Iba a ser una especie de gurú lo que le iba a dar información privilegiada, viajes, dinero, seria parte de una gran familia y estaría por encima del bien y del mal.
4. No puede confiar en nada ni en nadie ya que pueden aplicar las reglas a la inversa y hacerse con el control, el poder.
Para finalizar comentar que en la vida sino se tiene conciencia se puede asumir cualquier trabajo y cargo de responsabilidad. El problema es cuando se tiene conciencia y humanidad ante trabajos que no se ven muy claros y transparentes, pasará como nos cuenta el autor que lo asimila a los prestamos que llevan intereses y consecuencias muy elevadas y realmente todo trabajador tiene una vida, la suya, su vida personal. Podemos pensar que de alguna manera va todo a la par, lo personal y lo profesional, hay que ir equilibrando a la vez esto, sorteando obstáculos. El trabajo desarrolla y complementa a la persona. El protagonista nos recuerda un poco esto como fue aspirando a la mejora, al estudio, a la ciencia. El nos dice que si tuviera que sacar la diplomatura en el amor y en la felicidad nunca la hubiera obtenido porque siempre estaba enfrascado en el trabajo, en la mejora.
Volcarse en el trabajo suele ser un motivo de queja entre las personas. En el mundo actual y dada la situación económica hay que trabajar, luchar, esforzarse. A veces el trabajo gusta tanto que es un refugio y hace que no se realicen y cubran otras necesidades. Hay personas que anteponen el trabajo a todo. Es un problema porque si no se sabe desconectar puede llevar a no tener una vida propia y acarrear un problema de salud. Todo llevado al extremo es malo. El se reconoció como una persona inocente, ignorante de la realidad del trabajo, de lo que conllevaba y se vio a la vez como un esclavo del mundo, y de sus pasiones y al saber esto se sintió como un traidor al tener que acatar falsedades internas. Es aquí donde aparece la negación del mundo sensible, de las emociones y el tener que mantener una máscara, una sonrisa, optimismo porque es la única forma que como resultado lleva a cultura, conocimiento, ideas, intelectualidad y a tener salud.
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