sábado, 13 de febrero de 2021

Nosotros, Los Rivero.

El libro "Nosotros, Los Rivero" llevó a la autora Dolores Medio a ganar el Premio Nadal

Este Premio hizo que se dedicara siempre a la literatura y escribiera más libros tales como "Diario de una maestra, Nina, Andrés, El Urogallo, La última Xana". 

Dolores Medio nació y murió en Oviedo un mismo día, un 16 de diciembre. Le pusieron el nombre de Dolores Albina. Dolores por su tía madrina y Albina por ser el santo del día y era costumbre en esa época poner el nombre del santo del día a los recién nacidos. Pertenecía a una familia acomodada que vivía en Oviedo y veraneaba en el Puntal, en Villaviciosa. Procedía de generaciones de familias grandes y con muchos hijos y donde se necesitó el dinero para ir manteniendo y trazando los primeros pasos de los hijos. Fue una niña feliz, mimada y protegida por sus padres. Aficionada a los estudios, a la pintura y a la música. Curso estudios de Bellas Artes y en el Conservatorio e hizo magisterio ejerciendo de maestra en distintas zonas rurales de Asturias tales como Llanes, Pravia y Nava hasta que se trasladó a Madrid y comenzó a estudiar periodismo. 

El argumento transcurre en la ciudad Oviedo.  Resulta un placer leer la novela y para las personas que somos de Oviedo es muy significante ya que te sientes como en casa al conocer las calles, los lugares, las familias. Te introduce en los problemas sociales de la época, en las problemáticas familiares, en la vida cotidiana de la gente y de la ciudad, y entresacas un poco más las luces y las sombras de la vida diaria. Da una visión muy real de los acontecimientos que suceden, de la cuestión social y religiosa.

La novela incluye una introducción escrita por Ángeles Caso donde nos hace saber acerca de la vida de la escritora.   Nos cuenta que sobre los Rivero pesa una leyenda, una maldición que tiene que ver con la Iglesia. Por lo visto los Rivero compraron unas tierras sin saber que antes pertenecieron a la Iglesia y la maldición dice que quién poseía las tierras de la Iglesia tenía que devolverlas, no podía disfrutarlas por mucho tiempo. Se dice que creer en maldiciones es de gente ignorante pero era la finca más rica de la ciudad y terminaron abandonándola y aunque muy trabajadores no fueron muy afortunados. Era una familia agridulce donde a un acontecimiento bueno sucedía otro malo, así cuando nacía un nuevo miembro en la familia ese día se iba otro, tampoco vivían una vida muy normal y de ellos se decía que nunca morían en la cama. Esto contribuía  a que siempre se tuviesen que enfrentar con sus luces y sombras y quizás a pesar de ser una familia  feliz a la vez eran infelices porque igualmente tenían que enfrentar lo bueno y lo malo pesando mas las miserias de la vida. 

La obra se enmarca en el siglo XX, en los años de la posguerra española y nos hace ver los prejuicios que se heredan de las distintas generaciones y que para las familias resultan como un peso. Nos dice que la última revolución obrera en Europa dejó además de pérdidas humanas y materiales un sentimiento duradero y envenenado como es: El miedo de la burguesía y de las clases altas a la "brutalidad" de la clase obrera.  Del dolor y del miedo nació una nueva mujer, más valiente y atrevida , dispuesta a marcharse en busca de mayor libertad. 

Dolores Medio era una mujer estudiosa, preocupada intelectualmente, maestra, con una inquietud pedagógica y ética, un ejemplo a seguir, llena de entusiasmo por lo más justo y que se implicaba mucho en la educación del alumnado. Fue testigo de lo que suponía hacer cosas nuevas y de lo que significaba tener una entereza moral. Desde niña tenía sus proyectos, sus ideas, pasaba de la preocupación a la sonrisa con la ilusión de ese espíritu de emancipación, de innovar, sensibilizar, dar a conocer problemas y proponer medidas, soluciones. No obstante llevó una vida bastante precaria. La atraía el ambiente cultural y se enamoró de un intelectual y político pero su novio la dejó por una mujer más rica lo que para ella fue un fraude el descubrir que el hombre que "ella había considerado tan íntegro podía venderse a cambio de una existencia tranquila". Ser consciente de esto y del mundo que la rodeaba le produce un sentimiento de insatisfacción y de decepción, consideraba a las personas ruines y sin principios. La novelista no se amilanó "Dolores Medio debía de poseer una voluntad de hierro: ninguna dificultad - ni las de su situación económica ni la del sexismo imperante - le impedió escribir Nosotros, los Rivero, una historia basada en su propia infancia y adolescencia. 

La escritora hizo lo que pudo, agachó la cabeza y no alzó mucho la voz pero tampoco se quedó callada, defendió su obra, su vida con uñas y dientes. Aceptó con sentimiento de frustración que la censura quitase de la novela todo aquello que se considerase inadecuado pero como escritora se permitió "arreglar las cosas a su manera", lo que no hemos podido saber seguramente han sido todas las atrocidades y sufrimientos que vio a su alrededor. 

Acerca de la ciudad de Oviedo y del alma de su gente se aprecia que la autora utiliza figuras retóricas, símiles, comparaciones, metáforas, tales como "El alto del Naranco lo compara al mar embravecido. Salir de la guerra como a cuando se sale de una enfermedad. Los sueños del pasado al espíritu rebelde. Tener sed de expansión. El duende de las ciudades viejas que se burla del progreso, de los deportes, de todo aquello que representa el modernismo. Un alma hecho de grandezas y de pequeñas miserias. Un alma que se alarma y que protesta ante cada innovación de las costumbres. Un alma que se mira en el pasado, en las generaciones anteriores. Los ovetenses saben que no es fácil sacudirse la tiranía de esos espíritus. La personalidad de Oviedo es insobornable y firme".

Según estudios realizados acerca de la autora se dice que en realidad Dolores Medio no era una persona de tendencias políticas, más bien era una mujer neutral, influenciable y con una alta dosis de humanidad. Vivió con una educación severa y católica de su entorno y no podía odiar a su enemigo por no ser igual ni pensar u opinar igual, esto le producía un sentimiento de dolor porque lo normal es que se tratase de un familiar, de un amigo, compañero, alguien del entorno, una persona cercana donde lo que existía era miseria humana de resentimientos y envidias.

La protagonista de la novela es Lena Rivero que se supone es Dolores Medio por lo que a veces se confunde biografía y obra porque se percibe la autenticidad de la novela. 

Os dejo algunas frases que me han llamado la atención. Me ha gustado mucho lo que dice de los encantos de la ciudad y de los asturianos así como la pasión incondicional de la escritora por la gente más humilde.

  • Había sostenido a flote aquella barca a pesar de todo.
  • Extraña cosa es el alma humana, con sus curiosas e inesperadas reacciones.
  • Llevaba en sus venas la sangre de una familia marcada con un estigma hereditario.
  • Nadie puede evitar esa reacción animal, ese primer pensamiento de pensar mal, pero luego se impone el sentimiento. 
  • No puede despertar en ti la muerte un sentimiento de dolor sino de liberación. 
  • Por una parte cobran impuestos y por otra la competencia disminuye los ingresos
  • Muchas reacciones son la sumisión a un imperativo animal.
  • La sonrisa franca, la luminosidad inquieta
  • Cuya aspiración era la emancipación total. Ese espíritu de emancipación que ningún ovetense puede burlar.
  • Estaban en plena revolución y ella durmiendo tranquilamente.
  • No siempre los ideales puros arrastran a las personas hacía una meta. También cuentan los sentimientos.
  • La historia de los Rivero estaba ligada al alma de la ciudad, a la Universidad, a la cultura.
  • Los asturianos, raza valiente e indómita que juegan la vida alegremente, no se entregan con facilidad. Son buenos luchadores, buenos soldados, no se desmoralizan ante el peligro ni ante la derrota.
  • Oviedo siempre fue su gran amigo "Amigo del alma" grande y querido, el patio familiar, la Universidad, el Fontán, la Catedral, todos sus encantos, las fuentes, el atardecer, el corazón de Oviedo.
  • Paz, tenemos Paz. Esta amarga experiencia nos enseñó a vivir. Al recorrer los rincones de Oviedo sintió paz y tranquilidad.

Como comentario final decir que Oviedo es un poco así, una ciudad de leyendas, llena de vida que a la vez hay que entender y que siempre busca una sociedad mejor. Es muy interesante la figura de la autora, de la mujer, de Dolores Medio, que quizás se la quiso estigmatizar. Ella era de una familia acomodada, era maestra, una mujer triunfadora, comprensiva, dispuesta para los demás, siempre atenta de cubrir necesidades, trabajadora, motivadora, tenía estudios, inquietudes, era un alma noble y libre, feliz y a la vez pasó de tener un alma inquieta y alegre a ser una persona más triste y callada por las experiencias de la vida. Su historia, la decisión de irse, el desgaste físico y psíquico que supone estar siempre en lucha, en acción hizo que Dolores Medio escribiera y entendiera la realidad individual y social así como su ciudad, costumbres, tradiciones. Se habla de la maldición de la familia que "cree tener una maldición", tal como aparece en el texto, cuando es una aversión, una manifestación de enojo, de enfado, de miedo al exponer las problemáticas, las realidades sociales y familiares y no quiso apoyarse en dichos, creencias porque sabia reconocer lo bueno y lo malo, sentir felicidad y a la vez dolor por los que sufren, sabía comprender el pasado, las casualidades y coincidencias como su nacimiento el mismo día que se fue su tío, los porqués y como ovetense y así lo dice el texto sabía "que no es fácil sacudirse la tiranía de esos espíritus". Ella no ha temido la maldición familiar ni se ha dejado sugestionar y si podía haberse dejado influenciar pero su ruptura quizás en su momento por una parte con Oviedo, la hace romper con la religión, con esas enseñanzas de conducta y de comportamiento, ese proceso de sugestión,  y por otra la ruptura con su novio y la participación en una manifestación la hace romper con la política, en el sentido tanto por una parte como la otra de ver otra realidad y querer creer, confiar y seguir adelante de una forma sana y saludable. Esto hizo que su figura se silenciara. De alguna manera creía en los métodos de enseñanza, en las técnicas, en las ideas de Ortega y Gasset, en la ILE, y fue humillada por aquellos que no creían en nada, ni se comprometían o por otros que si creían pero competían, se creían superiores y vencedores. La familia de los Rivero como la mayoría de las familias asturianas era matriarcal, se encauzaba a los miembros de la familia por las mujeres, que sentían un gran sentimiento de piedad y compasión tanto en las relaciones familiares como sociales lo que significaba que no fueran un obstáculo para su vida, incluso que no enfermaran en sus inquietudes  y sí se sentían mal o tenían un sentimiento de amargura recorrían la ciudad y se les pasaba por todos los encantos y rincones que tiene la ciudad de Oviedo.

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