lunes, 10 de agosto de 2020

Un manifiesto de Fred Vargas

"La humanidad en peligro" es el titulo que eligió Fred Vargas para su libro. 

Fred Vargas es una escritora francesa, nacida un siete de junio. Eligió el seudónimo de Vargas al igual que su hermana gemela que es pintora haciendo homenaje a María Vargas. En el año 2018 ganó el premio Princesa de Asturias de las letras. Ella es arqueóloga de carrera y escribe novelas de intriga, le gustan los diálogos dónde intenta buscar las palabras apropiadas. Con su galardón entra la novela negra a formar parte de la literatura. Por motivos de salud no ha asistido a la recogida del premio pero ha hecho llegar su inmensa gratitud y ha hecho saber que lo conserva como algo muy valioso . De ella ha llegado a decir el escritor Vargas LLosa que dudaba que tuviese el nivel para este premio. El Rey Felipe VI en el discurso dijo que "en sus textos destaca el humor, la ironía, el reflejo en cada palabra y en cada detalle de su extensa e intensa cultura y un lenguaje preciso y certero, que es una maestra en el arte de sumergir al lector en historias cruzadas, llenas de diálogos vivos e inteligentes, que convierten la lectura de sus obras en un auténtico placer". 

Sus escritos son enigmas y los enigmas son como la vida "un camino para escapar del mal sobre todo de hacerlo. 

El libro" La humanidad en peligro. Un manifiesto" es un ensayo, dónde insta a corregir prácticas, a cambiar. Deja de lado la autora 
posturas políticas e ideológicas y hace una crítica a la desinformación. 

Empieza con un texto ya enigmático que data del 2008 y que fue lo que hizo que se hiciera el libro  y dice lo siguiente:

"Pero, maldita sea, ¿en que atolladero he ido a meterme? ¿cómo lo voy a hacer para salir airosa de esta tarea descabellada, de esa idea peregrina de hablarles del futuro de la vida en la tierra, ¿Cómo voy a salir de esta? No tengo la menor idea , y ustedes tampoco. Solo sé que hay una cosa que sé, y es dónde empezó todo, lo ha hecho con tanta violencia que no logro detener el movimiento, la vorágine, el no se qué que me empuja impetuosamente a seguir adelante sin pedir opinión.
Se como empezó, y, para colmo, a partir de muy poca cosa. Hace 10 años redacté un texto muy breve sobre ecología. Tampoco era nada del otro mundo. Luego me enteré que ciertos fragmentos habían sido impresos en camisetas en China, en Brasil e incluso escrito obras de teatro sobre la cuestión". El texto se paseó por Facebook abriéndose camino por el mundo. Y no quedó ahí sino que la avisaron que lo iba a leer la actriz Charlotte Gainsbourg en la inaguración de la cumbre ecológica COP 24 sobre cambio climático. Esas líneas seguían teniendo actualidad y la llevaron al ensayo sobre la humanidad en peligro, el futuro de la tierra, la vida en el planeta. 

Y al igual que la cigarra y la hormiga nuestras cualidades de despreocupación fueron grandes. Hemos cantado y bailado. Cuando digo "hemos" me refiero a un cuarto de la humanidad, mientras que el resto trabajaba con afán. Hemos construido una vida mejor. Hemos crecido como población. Hemos conseguido cosas despampanantes difíciles y sin que nadie se entere la madre naturaleza lo ha decidido así. No nos ha pedido opinión. Su ultimatum es claro y despiadado. "o me salváis, o palmáis conmigo". Y continua, uno entiende que no hay opción, un ultimátum claro y despiadado se obedece de inmediato,  pero hay mucho que hacer.

El libro habla de que aún hay mucho por hacer, más de lo que la humanidad ha hecho nunca. Y propone muchas medidas, tales como respetar unos avances que permitan sustituir unos materiales por otros, unas normas medioambientales y sanitarias, fomentar y financiar las nuevas técnicas, organizar el reciclaje, apoyar las investigaciones en curso,  limpiar el cielo, lavar el agua, detener la energía nuclear, recoger a los osos polares, apagar antes de salir, velar porque haya paz, contener la avidez... Nos dice que un cuarto de la humanidad se lo ha pasado muy bien pero que ojo que no se vuelva a lo de antes, a mear en los campos, a utilizar el carbón, que cantar y bailar es compatible con trabajar, y no volver a la barbarie, otra de las grandes especialidades del hombre.  Es decir, no hay escapatoria, o se continua la paz o se vuelve a la barbarie que se entiende que a nadie interesa. Dice que se preocupó siempre, ya desde niña, que se preparó mucho y profundamente,que no la inquietó ni el estudio, ni la investigación, que inició todo tipo de proyectos, ingenua de ella pues la vida es multitareas y se engulle todo de prisa "hemos tratado de proteger nuestro psiquismo de una angustia desestabilizadora. Una protección que nos permitía seguir trabajando, criar hijos" y estudiando e investigado en profundidad aspirando siempre a cubrir necesidades, a resolver cuestiones, a buscar soluciones. Ella dice que siempre se ha creído en los dirigentes, se ha confiado en ellos y se piensa que van hacer más, arreglar los problemas, que se ponía nuestro destino en sus manos, y surge la pregunta ¿Que han hecho por nosotros? Pese a numerosos progresos hay que seguir haciendo previsiones y aún hay márgenes de incertidumbre. Aún haciendo todo lo que se puede solo se hace lo permitido. Ve el problema en la desinformación y hay que hacer un esfuerzo en informarse y realizar la transformación, y se tienen aquí puestas las esperanzas. 

Habla de los riesgos de la vida en el planeta, del efecto invernadero, del poder del calentamiento pero no se quiere desanimar y sigue buscando alternativas aún habiéndose sentido muy decepcionada. Entre ellas además de los estudios y de las investigaciones está intentar ser buena ciudadana, dar buenos ejemplos, ver la importancia de la ecología y ser capaces de equilibrar fuerzas además de obrar de una forma más que solidaria diría yo "honesta". 

Somos seres pensantes, cada uno tiene sus sueños pero entiendo que tampoco se trata de embrutecernos, de rebajarnos, de humillarnos, de ese efecto perverso de confundirnos porque entiendo que nos han querido sentir fracasados, menospreciados, ridículos, como que para ser feliz no hay que ganar más ni tener más. No se trata de esto, ni de estar desinformados, ni de ser autómatas obedientes, consentidores e incitados a no hacer. Cada uno tiene su saber pero la autora nos hace llegar que la tierra va mal porque ser sano es objeto de burla, lo mismo que ser bueno u hacer el bien. Se lucha contra el cinismo, la hipocresía, la maldad, contra la burla, contra la desinformación intolerable y además quién lo hace siempre es con modestos medios, sintiéndose mal, con sentimientos de desilusión y de engaño o desengaño.  Y cantar y bailar quita esa angustia desestabilizadora y mejora los sentimientos. 

Digamos que la gran calidad humana de la autora hace que busque, trabaje y con una tendencia clara hacerlo bien. Dice que el gran aplauso es para los investigadores, que han trabajado sin descanso, que en los últimos años han aparecido cantidad de innovaciones y muchas motivadas por el dinero pero a los investigadores, a los científicos hay que aplaudirles, como ahora con la pandemia, donde se ha visto que la salud es lo más importante, así que todos los que han trabajado e investigado por una vida mejor y más saludable aún muchas veces sintiendo un sentimiento de impotencia hay que aplaudirles. Y siempre que haya paz y no volvamos a la barbarie podemos seguir cantando y bailando, aunque sea de forma distinta.

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