miércoles, 5 de agosto de 2020

Educar con serenidad


Educar con serenidad" es el libro escrito por la psicóloga Patricia Ramirez. Está especializada en psicología clínica y de la salud y escribe en revistas deportivas e imparte talleres.

Nos dice que nos tomamos muy en serio la educación de los hijos e igualmente añadiría que como docente la educación del alumnado. Enseñarles a trabajar, a pensar, a valorar, el esfuerzo y la responsabilidad no es sencillo. Desde el juego es más entretenido y mucho más fácil, es otra forma de verlo y de ir dejando antiguos modelos. 

Nos damos cuenta que educar es muy importante pero hay que quitarle lo rancio y no recurrir a la autoridad ni a gritos ni manipulaciones ni chantajes emocionales. Hay que tratar con respeto, y en esto van incluidos los tiempos y el espacio.  Todo es mucho más sencillo y hay que aprender a abrir la mente y a lidiar con los conflictos.

La autora en su libro nos habla de lo que si sabemos que hay que hacer bien como ayudar a potenciar la autoestima, a sacar lo máximo de acuerdo a las dotes intelectuales, físicas, artísticas, manuales de cada uno y lo que hay que erradicar como son las amenazas, humillaciones, comparaciones, machacar con los errores, gritos, críticas destructivas y tóxicas y desde luego que hay que trabajar con paciencia, calma, sinceridad, transparencia, honestidad y tranquilidad. Es cierto y pienso que ahora con la pandemía es todo como "al borde de un ataque de nervios", que genera más estrés y ansiedad, pues hay que ser exigentes con normas, respetar reglas de limpieza e higiene que hay que obedecer pero la psicóloga nos da las siguientes pautas claves para poder llevarlo a cabo y educar con serenidad
  • El autocontrol. No perder los papeles, interesarse, no juzgar.
  • Aprender a sentir, a gestionar las emociones y no negarlas, utilizar técnicas, reconocer que se siente, evitar bloqueos, regular el estado de ánimo.
  • Aprender a comunicarse, a dar confianza, tono y volumen.
  • Aportar buenos valores para la vida, a que se conviertan en hombres y mujeres de bien, personas de bien.
Nos dice la autora que todos tenemos una genética, una memoria, unas experiencias y unas circunstancias que pueden condicionarnos pero hay que entrenar la serenidad, la calma, la paciencia, y utilizar para ello modelos de bienestar emocional, autocontrol, paz interior y positividad. 

Añade que normalmente llevamos una vida con mas actividades de lo normal, con multitareas que hay que conciliar y que siempre vamos de un lado para otro con tantas tareas cotidianas y por eso se producen los estresores que nos llevan a perder el control entre los que destaca la carga de trabajo, acumular tareas, la estética, preocuparse de la ropa, de ir arregladas, las personas tóxicas, los idiomas, produciéndose reacciones pero las situaciones más difíciles de llevar son las humillaciones, las faltas de respeto, la desconfianza, el no tener en cuenta. Esto lleva a que se pierdan los papeles, que no se esté a la altura o que se desentiendan y hay que aprender a reaccionar ante esto de una forma correcta con calma y serenidad dando soluciones a nuestras preocupaciones.  Está bien tomar distancia como ahora se hizo con la pandemia y a modo de diario escribir las situaciones, las problemáticas, darles solución y relativizar y aprender a desconectar. Frente aquello que no nos gusta reaccionamos de una forma impulsiva, no tardamos ni medio segundo en darle respuesta y no está meditada, se hace mal. 

El autocontrol requiere un entrenamiento largo y paciente . Ante nuestras emociones nos comportamos de forma desinhibida. Esto pienso, esto siento, esto filtro. Y luego nos sentimos culpables de nuestras reacciones porque realmente decimos y hacemos lo que no sentimos o lo expresamos mal, cuando algo no nos gusta, nos enfada tomamos decisiones erróneas, hacemos reproches, salidas de tono, gestos, explosiones emocionales. Esto lleva a experiencias incómodas o a perder los papeles y tiene sus consecuencias. Y seguimos recordándolo, volviendo a lo mismo, al erre que erre y hay que darse una pausa, es como apretar un botón de mando, darle a la palanca y solventarlo "calma, respira, control", yo elijo responder a la provocación hay que decirse. Salir de la ira, del enfado, tomar distancia y tomarse un tiempo, escribir lo que se siente, responder a los extresores y a la situación con calma y serenidad. Que no sea la situación la que te elija a tí. Y una vez que se sepa hacer entrenarlo.  Es como en el ejercicio, cuando se pierde velocidad también se pierde agresividad y tensión. Hay muchas situaciones estresantes pero también hay que tener en cuenta los estímulos, los condicionantes y los roles de la persona.

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