"Un perfecto caballero" es la última novela publicada por Pilar Eyre. En ella trata el tema de lo que en realidad significa el perfecto caballero y cuales son sus principios, de lo que significa la vergüenza y el analizar.
Un perfecto caballero es alguien que no hace lo que quiere sino lo que tiene que hacer. Trabajar, estudiar, hacer gimnasia son disciplinas y es una buena forma de vivir. Es hacer una vida normal sin que te sobre ni te falte el dinero, que inspira confianza al andar. Es ser buena gente, tratar con justicia. Es ser honesto y no es ir dejando heridas en el interior.
En relación a la vergüenza hay fragmentos característicos en el libro sobre este sentimiento de incomodidad por miedo a hacer el ridículo, o por una humillación, o un insulto donde cada uno reacciona de una forma determinada. Lo que si supone es un freno a actuar, a expresar e incluso a cometer acciones que no son justas. Y es aquí donde el término perfecto se hace difícil porque luego se obra en consecuencia y supone una dificultad siendo difícil adaptarse "y luego está la desilusión, la torpeza avergonzada, interpretar mal la mirada, dirigir gestos vagos, apartar la vista, mirar hacía otro lado, herir el orgullo, encogerse de hombros con impotencia".
Acerca de la educación y del análisis es complicado comprender porque suceden las cosas, lo que significan, lo que implican. Te vas dando cuenta que analizarlas, escribirlas, te hace sentir bien, estar a la altura, es algo como un movimiento en vivo, una performance que hace sentirse feliz siendo y sintiéndote muy bien. Y respecto a la vida es complicado el pasado, se han abierto heridas, y se quiere olvidar para no hacer brechas en el corazón ni que se agranden por eso ahora toca el presente y el futuro y hay que adaptarse. Tampoco se trata de vivir en silencio sino de comprender, de entenderse y de no herirnos unos a otros.
En la novela el perfecto caballero no lo era tanto porque la vida no siempre es fácil y no le dejaban, de tal modo que casi parecía imposible ser feliz. El protagonista no presta atención a los consejos de su padre y da rienda suelta al amor. Un amor apasionado que luego le lleva a tomar decisiones no del todo acertadas y a una carga que le va a ser como un peso, como una losa.
La autora, Pilar Eyre, es periodista y escritora y en el libro comenta historias, anécdotas y nos hace saber las luces y sombras de Barcelona, mezcla ficción y realidad, e intenta que se den la mano la Barcelona más burguesa con la Barcelona obrera porque en realidad ante el dolor y el sufrimiento como fue el de la sociedad después de una guerra el efecto que produce es parecido. Se lleva siempre a horrores y desastres difíciles de olvidar. A mí personalmente no me gusta leer novelas de la posguerra ni de la guerra ni violentas si elegí leer esta fue por el título y realmente se ha visto que hombres que pueden parecer perfectos caballeros al margen social que pertenezcan se acostaban con otras mujeres al margen de las suyas y no creo que esto sea del todo honesto y transparente, heridas interiores de esas que no se curan nunca y que además llevan a avergonzarse porque ante el amor y la pasión está la vida, el vivir una vida bien construida. El protagonista no es un hombre feliz y lo tiene todo y sufre porque hay algo que le marca para toda su vida. La deformación es una distorsión y como decía Haruki Murakami en una de sus novelas, "la deformación en este mundo es una premisa", la llevamos en el cuerpo al igual que los indios las plumas que indicaban a que tribu pertenecían. Se vive en un silencio quizás para no herir pero lo ideal es comunicar y saber hacerlo, discutir sobre lo mejor, la calidad. Todos los seres tienen quizás imperfecciones, algo de que avergonzarse pero no tiene que impedir para ser mejores, esforzarse en ser más justos, en poder expresar sentimientos, opiniones, en explicar y saber como funcionan las cosas, las necesidades, querer ayudar, ser honesto, no disfrazar la verdad, ni falsear las cosas y poder así encauzar bien la vida. "El tiempo ayuda a reflexionar sobre acciones del pasado" y siempre que se abre a los demás, se expresa hay cura, se sanan las heridas, hay más paz, más sonrisas y alegría. Exteriorizar las emociones es importante para que no se enferme, no se enquisten problemas, entran aquí en juego los sentimientos. Estos hacen que muchas veces se enrede la madeja y la mente se hunda en las tinieblas, es como cuando todo está oscuro y se siente miedo, y luchas con todas las fuerzas para salir de ese trance. La mayoría de las personas hacen "lo imposible por ocultar sus debilidades" y se piensan que es cuestión de ignorancia, de falta de cultura más que de desconocimiento en algo puntual e intentan solo mostrar lo mejor, lo bueno, como cuando se es muy hospitalario que parece que el mantel solo se pone si la persona es importante o no es de casa para ver los buenos modales, y luego "hay que pagar la deuda al mundo" porque siempre pasa factura ya que el sufrimiento es una cuestión de años, de ir alcanzando etapas, desarrollos, de esa "capacidad admirable que te permite, primero, aceptarte como eres y, segundo, llegar a ser mejor de lo que eres", de conciencia plena, de esa madurez que no se demuestra con los años, ni con los sueños, sino que significa hacer un gran esfuerzo y hacerse responsable de la propia vida. La escuela es algo así por eso se dice muchas veces "la escuela de la vida". Hay que saberlo todo y se piensa que si no sabes, eres débil pues no vas a llegar, ni tener éxito, y no es así, ni tampoco hay que hacer ese esfuerzo inhumano para parecer la mejor escuela solo hay que ser responsable e intentar hacer las cosas lo mejor posible, todos merecen el mantel y "hacer un esfuerzo para sistematizar el talento".
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