Se trata
de la primera novela para adultos de la escritora británica J.K. Rowling.
La
novela narra la historia de la pequeña población de Pagford dónde la
muerte de un concejal trae consigo la especulación de planes por parte de
algunos ciudadanos por el interés de ocupar su puesto. Este hecho lleva consigo
conflictos y problemas incluso del pasado que estaban sin resolver.
La
escritora fue la creadora de “Harry Potter” . Me voy a permitir en vez de analizar la novela escribiros algunas
frases que he entresacado de las primeras 100 páginas:
- Había comprendido que a menudo la decepcionaba en las cosas importantes. No lo hacía adrede: Sencillamente tenían ideas distintas acerca de lo que debía ocupar más espacio en su vida.
- No pensaba más que en los errores que había cometido al enviar el artículo por correo electrónico deprisa y corriendo.
- La recompensa por haber compartido aquella desagradable experiencia era el derecho a contársela a la gente.
- Con un tono que solía emplear…una voz más grave de lo habitual de “lo tengo todo controlado y no me inmuto por nada” contundente y sin rodeos.
- Se quitó el reloj que le apretaba y lo dejó encima de la mesa, junto a unas hojas impresas y unas notas. Dudaba que ese día fuera a avanzar mucho en los asuntos que tenía previstos.
- Tenía la infantil creencia de que el resto del mundo existía como escenario para su propia obra teatral, de que el destino estaba supeditado sobre él, lanzando pistas y señales. Así que no pudo evitar pensar que acababa de recibir una de esas señales, un guiño celestial.
- Los chivatazos sobrenaturales explicaban varias decisiones aparentemente quijotescas tomadas en el pasado.
- Se veía obligado a sacar la conclusión de que habían elegido libremente vivir como vivían, y que el ambiente de degradación de la barriada no era más que una manifestación palmaria de ignorancia e indolencia.
- Una especie de resplandor moral, como si el alma colectiva de la comunidad se hiciera patente en sus calles adoquinadas, en sus colinas, en sus casas pintorescas.
- Para él el pueblo era un ideal, una forma de ser, una microcivilización que se alzaba firmemente contra el declive nacional.
- Por lo que veía, el error que cometía el 99% de la humanidad era el avergonzarse de la propia identidad; mentir sobre uno mismo, tratar de ser otro. La sinceridad era la moneda de cambio, su arma y su defensa.
- Había descubierto que los demás eran presa de la vergüenza y de la hipocresía, que los aterrorizaba que sus verdades salieran a la luz, pero a él lo atraía la crudeza, todo lo que fuera feo pero sincero, los trapos sucios que causaban humillación y repugnancia a las personas.
- Pensaba mucho en mesías y parias; en hombres tachados de locos y criminales, en nobles inadaptados rechazados por las masas atontadas.
- Lo difícil, lo maravilloso, era ser realmente uno mismo, incluso si esa persona era cruel y peligrosa. No disfrazar al animal que uno lleva dentro era un acto de valentía.
- Creía poseer rasgos auténticos que, como tales, debía fomentar y cultivar; pero también tenía ideas que eran el producto poco natural de su desafortunada educación, y en consecuencia poco auténtica, por lo que las había que purgar.
- Últimamente intentaba actuar de acuerdo con los que consideraba sus impulsos más auténticos. E ignorar o suprimir la culpa y el miedo (nada auténticos) que dichos actos parecen suscitar. Quería endurecerse por dentro, volverse invulnerable, verse libre del miedo a las consecuencias: deshacerse de las falsas nociones del bien y del mal.
- Había un mapa trazado por el mismo de lo que suponía juego limpio.
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