La fachada de un establecimiento comercial según lo que se anuncia, los rótulos, los
mensajes, los materiales, el espacio, los objetos, etc….tiene un determinado
significado. Se dice que el escaparate son los ojos, la cara del
establecimiento. Hay centros comerciales que eligen un tema y realizan todo el
decorado acerca del mismo para captar la atención del cliente o consumidor.
El
transeúnte que se para ante un escaparate o la fachada lo hace porque algo le
ha llamado la atención, se ha sentido atraído.
Según la mirada, la interpretación
conduce a diferentes resultados. Así son las actividades didácticas. Las hay
fáciles de corregir: un dictado, una suma, un verbo… son objetivas y conducen a
una única solución. Su calificación es justa. Son las llamadas actividades
embudo.
Un trabajo personal,
comentario, análisis, reflexión, traducción, valoración, se trata de una
actividad subjetiva. Son las llamadas actividades abanico.
En estos trabajos o abanico de actividades se puede hablar acerca
de diferentes planteamientos: teóricos, prácticos, formulación de preguntas, de
problemas, realización de dibujos, de investigación, de análisis, de vivencias,
etc. La calificación de esta actividad depende de la persona que la corrija y
de los aspectos que valore. Se dice que es menos justa porque según los
criterios y los argumentos se pueden tomar distintas decisiones y pueden ser equivocadas.
Es una responsabilidad si se hace de forma individual y cuando se hace
colectiva es más compleja y difícil. Juzgar y ser juzgados, valorar y ser
valorados, son decisiones que nos pueden afectar en un momento determinado. Es importante
porque se puede estar beneficiando, perjudicando, incluyendo, excluyendo,
premiando, castigando, etc. por eso, la importancia del tiempo, la actitud, el
punto de mira para calificar los
trabajos de los demás y con también un abanico de criterios.
Me ha llevado hacer este artículo una
actividad de un libro de alemán, en ella hay una foto de una fachada de un centro
comercial de Frankfurt donde aparecen dos carteles con los ojos. En la parte de arriba unas
frases y en la parte de abajo los escaparates. En el ejercicio aparecen cuatro
comentarios de diferentes personas (están traducidos del alemán de forma
idiomática):
1º “Es muy divertido ver los escaparates y
ver tantas cosas. Se alegra o está encantado de no llevarlo a su casa porque no
podría meterlo en sus armarios y cajones porque están abarrotados”. Andy Warhol
2º “En un momento dado tenemos que enfrentar
la realidad: a pesar de todo lo bueno que el mundo nos ofrece, sólo podemos
encontrar la verdadera felicidad cuando vamos de compras”. Ally McBeal.
3º “Ir de compras me hace gracia, es muy
divertido. Me he dado cuenta que eso es algo muy femenino” Marilyn Monroe
4º “En un mundo en el que todo gira en torno
a las compras... compras... y que todo
es comprar... ¿Qué significa el verdadero lujo? El verdadero lujo es no comprar”.
Rem Koolhaas, 2001.
El significado acerca del concepto de comprar desde las diferentes visiones podemos interpretarlo de forma individual y de forma global. Todo ello puede tratarse de una crítica exterior al consumo si lo hacemos de forma externa, de forma más profunda es muy diferente.
El significado acerca del concepto de comprar desde las diferentes visiones podemos interpretarlo de forma individual y de forma global. Todo ello puede tratarse de una crítica exterior al consumo si lo hacemos de forma externa, de forma más profunda es muy diferente.
Según mi opinión puedo pensar que el primero
observa con la intención de no comprar y con el planteamiento de que no lo
necesita. La segunda cita plantea que la verdadera felicidad está en comprar.
La tercera lo expone como algo divertido, alegre y femenino. La cuarta lleva a
la reflexión de que el verdadero lujo estaría en no adquirir cosas a cambio de
dinero.
La primera y la cuarta cita tienen en común
que son hombres y la segunda y tercera
mujeres. Puede pensarse que la de los hombres es una visión más interna,
relacionada con la de no consumir, unida a su vez con la actitud de
responsabilidad, conformismo, más de valorar que no es un lujo, puedo entender
una visión más profunda pero hay algo real en el texto que dice que no lo
necesitan, uno porque no tiene dónde meterlo (tiene demasiado y se consuela con
no comprar porque no le cabe en el armario), para el otro el verdadero lujo es
no tener esa necesidad. La de las mujeres quizás desde una visión más externa
lo aplican a un sentimiento real, más divertido, alegre, feliz y Marilyn dice
que femenino.
Antiguamente siempre el hombre estaba unido
al valor y la mujer al placer o lo que es lo mismo el valor y la fuerza en lo
masculino y el placer y la debilidad en lo femenino.
Da la sensación que siempre se unía el
comprar y el gastar con la mujer y como que el hombre no tenía esa necesidad cuando
en realidad y lo que realmente sucede y existe en la vida es que no es cuestión
de género pues hay que comprar para comer, para vestir, para viajar, etc. Nos
guste o no nos guste consumir tenemos necesidad de comprar tanto unos como
otros y no es cuestión de izquierdas y de derechas. Tanto en el hombre como en
la mujer hay ojo izquierdo y ojo derecho. En los carteles del anuncio está
escrito:
·
En el
ojo izquierdo: Tú eres, esto es nuevo, esto no es, esto es todo
·
En el
ojo derecho: Tú quieres, tu compras, tu olvidas
Y así nuestras percepciones y como
experimentamos nuestras realidades están relacionadas con nuestros ojos, con la
lateralidad, con los hemisferios cerebrales y en definitiva con nuestro cuerpo donde
en todas las personas hay izquierda, derecha, femenino y masculino. El lado
izquierdo es más interno, valorativo y el lado derecho más externo, afectivo y
alegre. El lado masculino está más unido con el hemisferio cerebral izquierdo y
el lado femenino con el hemisferio cerebral derecho.
Y centrándonos en comprar y en los centros
comerciales siempre se revisten las fiestas: Reyes, San Valentín, carnavales,
día del padre, día de la madre, las navidades, etc. Parecen días destinados a
adquirir y fomentar compras. Hay una realidad que muchas tradiciones han sido
implantadas para consumir pero también nos da la sensación de parar, de
detenernos de nuestra vida cotidiana y pensar en los otros, y en nosotros
mismos de otra forma, quizás comprar no es solo un sentimiento de ánimo hacía
nosotros sino hacía los demás, aceptarnos nosotros, hacer felices a otros con
un regalo, compartiendo una comida o simplemente aceptar la vida con sus
alegrías y sus penas.
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