LA TESIS y los rompecabezas tienen muchas cosas en común, aunque la
tesis es más complicada pues hay que elegir la forma final del propio
rompecabezas. Diseñar las piezas, construirlas con sus propias herramientas y
encajarlas para demostrar que forman un conjunto homogéneo y coherente.
Es algo más que escribir y presentar un libro. Se necesitan métodos,
técnicas, recursos documentales, trabajos de campo, bibliografía, y también
soluciones para organizar el trabajo intelectual. No sólo hay que saber
escribir, sino también dar soluciones para concebir un plan de trabajo.
Recopilar, organizar datos, gestionar y exponer conocimientos. Pasar de la información al conocimiento tiene su dificultad.
Se experimentan dudas, vivencias, actitudes, emociones, se descubren cosas,
ocurren cambios. El doctorando y su proyecto quedan estrechamente unidos. Es
también una experiencia personal, una reflexión sobre si mismo y sobre el
entorno que le rodea. Detrás de cada tesis hay personas que viven, piensan,
tienen ilusiones, tienen expectativas, personas de carne y hueso que se
encantan y se desencantan. Es un proceso de maduración intelectual, guiado por
un director y quizás con mucha gente detrás. Mucho trabajo individual que pasa
por muchas etapas. Al que llega se le reconoce su saber, sus méritos
públicamente y con el tiempo puede dirigir investigaciones.
Hacer una tesis es muy complicado. El trabajo intelectual debe
organizarse en distintos niveles. No es fácil conjugar todas las partes. Es
mucho trabajo. La obra que presenta es un síntoma, un saber que ha estado
elaborando, a lo largo de un proceso de planificación, gestionando y
defendiendo conocimientos. El trabajo realizado, una vez leída la tesis, sólo
era un pequeño esfuerzo en una dirección determinada. No es el final del
trayecto sino el principio. La aceleración de una carrera profesional. El
trabajo del investigador no termina con la tesis que defiende. Más bien es lo
contrario. La tesis es una obra abierta, es la primera etapa, unas condiciones
de un futuro aún por llegar.
La tesis es como subir a la montaña rusa, puede ser emocionante o no.
Durante el trayecto disfrutas, te encanta el riesgo, te emocionas con sucesos.
A un periodo de euforia le sigue una bajada de ánimos. Dudas, decepciones,
altibajos, alegrías. Hay que tratar de que la mente
controle las emociones y mantenerse firme aún en los peores momentos. Las
tormentas no duran toda la vida.
Hay momentos pletóricos ante la contemplación de la capacidad
intelectual. Es una verdadera batalla, una lucha, es enfrentarse a la
complejidad de la vida y la necesidad de tomar decisiones importantes y
adecuadas.
A nivel general al menos en una tesis hay numerosas tesis:
Una que
se piensa
Otra que
se estudia
Otra que
se explica
Otra que
se escribe
Otra que
se presenta
Y, la que
se vive
Las interrupciones pueden convertirse en uno de los peores momentos a
la hora de producir conocimiento, devoran tu tiempo como si se tratase de
patatas fritas que por algún extraño sortilegio una no se detiene hasta
terminar la bolsa, aumentan el estrés y la angustia. Tomarse un respiro está
bien pero entiendo que cuando te lo marcas tú, no cuando lo hacen los demás. El balance entre descanso y trabajo
siempre se dirige al trabajo. Sucede también que además de trabajar, se trabaje
mucho y a veces nos agobiemos. Cuando nos encontramos con muchos quehaceres el nivel de estrés aumenta y tenemos que cambiar el chic
totalmente y eso es añadir una tarea extra a la
que ya tenemos.
Si paseamos por el monte y nos encontramos con dos caminos y no sabemos
cual tomar y la posibilidad de error es la misma, optamos por sistema por el
camino que sube, desde las alturas se ve todo mejor y se puede decidir la ruta
a seguir. Desde el fondo del valle es más complicado. Subir supone un esfuerzo.
El director es uno de los canales por los que se transmiten las
culturas académicas, no solo dirige que sino guía. Es un compañero de viaje que
orienta hacía dónde ir, que ayuda a levantarse cada vez que se cae en un
obstáculo, que advierte de los peligros que corre, alguien con quien se puede contar
en los momentos difíciles. No es fácil encontrar a esta persona, o quizás ella
te encuentre a ti. Un director de tesis es mucho más de lo que parece. Imagínate
que después de cierto peregrinaje se ha conseguido encontrar a tu gurú, maestro
espiritual, para que te guíe en el sendero de la perfección cognitiva. Cuando
esto sucede se comprueba que el director es más que un director. Descubres que
tiene cuatro caras:
Una cara
técnica; especialista, experto. Se aprende mucho de él. No le podemos echar en cara
lo que no nos cuenta ya que lo vamos descubriendo por nosotros mismos.
Una cara
humana. Como ser humano es un ser sensible y tendrá días buenos y malos, no
siempre reaccionará igual.
Una cara
divina. Se tiende a divinizar la figura del director, se ve como si fuera la
encarnación misma del saber, ante él se siente la ignorancia. Es lo más sorprendente porque no son bases de datos, no
son divinos, no son infalibles, no podemos convertirlos en lo que no son. La
soledad intelectual es otra de las grandes pruebas secretas que se deben de superar
para convertirse en doctor.
Una cara
oculta ya que tiene su vida personal, su familia, su red social, su red
profesional, tiene su intimidad
El conocimiento se construye poco a poco, a base de hacer y de deshacer.
Al relacionar y asociar dinosaurios, alienígenas, meteoritos, fantasmas y vampiros con la
sensibilidad ecológica y al surgir temas, problemas, dudas, temores, preguntas
sobre los mitos, la tierra, el mundo, la informática. Cuando la contradicción se hace intolerante, la mente del discípulo reacciona
espontáneamente dando lugar a nuevas formas de significado, de conciencia, de autoorganización.
El sistema necesita a los doctores pues no surgen como las setas, son
escasos, quizás el sistema apriete y sea injusto, muy injusto,
pero le necesita.
Y algún día llegaran las vacas gordas. De la tesis y su contexto se puede
sacar uno o varios libros, conferencias, cursos y seminarios. Con la tesis y el currículo puede incorporarse a equipos de investigación, incluso hallar un
hueco en la universidad o tener un magnífico aval para incorporarse a una empresa, incluso montar la suya propia. Cuando esto suceda se olvidará de las
calamidades y sufrimientos que tuvo que pasar durante estos periodos de la
vida.
La introducción y la conclusión en la tesis son el mismo punto en el
espacio. La diferencia reside en que, después de su odisea, cuando regresa del
viaje a Itaca, usted y su tesis ya no son los mismos.
En el décimo nivel usted pierde el control, algo se le ha escapado de
las manos, ha impresionado tanto a su lector (puedo ser yo misma) que este ha
personalizado aquello que ha encontrado escrito, ahora es él quien escribe
inspirado en sus propias ideas. Usted es el responsable de sus cambios, en este
caso yo misma soy responsable de mis cambios y de los cambios de los demás.
Llegar al décimo nivel no es fácil. Sólo lo alcanzan los grandes autores y
autoras. Apunte tan alto como sea posible, siempre estará a tiempo de bajar un
peldaño. Un nuevo universo de posibilidades se abre. Felicidades
No hay comentarios:
Publicar un comentario