miércoles, 17 de junio de 2015

El optimismo inteligente


Maria Dolores Avia y Carmelo Vázquez



Muchas veces me pregunto ¿Y ahora? ¿Cómo disminuir el peso de los problemas, de las preocupaciones? Pues aplicando el optimismo. Y es verdad que hay razones para ser optimista y para darse cuenta de lo que atesoramos. Los avances científicos nos han permitido luchar contra enfermedades, mejorar nuestro bienestar y calidad de vida, nos han facultado para vivir mejor dando importancia al sentirnos bien venciendo fuertes resistencias. La ilusión y el placer de aprender mejora nuestras emociones. Las emociones al igual que el optimismo no es algo estático sino que es activo, dinámico y ambas reacciones van orientadas a adaptarse al ambiente y a la superación con capacidad para evolucionar.

La principal función de las emociones es que organizan nuestra actividad por eso hay que saber los efectos que producen e intentar fomentar la capacidad de recuperarse frente a dificultades y desengaños aplicando siempre el avance. No se trata de conformismo ni de dar una pizca de sal a la vida sino de ser realistas, de vivir con objetividad, de pensar ante situaciones complejas que somos privilegiados en otras muchas. Saber nos conduce a un crecimiento, nos supone un reto que nos enriquece, es la inteligencia emocional la que hace que podamos trabajar y gestionar tanto las emociones como el optimismo haciendo que la realidad nos oriente al equilibrio asegurando una sana confianza y un desarrollo natural. Quizás la intención es la superación día a día llevando a ese espíritu de mejora con renovación constante haciendo que podamos comunicar vitalidad y responsabilidad y recuperar fuerza y energía para continuar avanzando.

No hay comentarios: