El libro de “una
mamá española en Alemania” narra las aventuras y desventuras de una mujer española en ese país. Su sentido del humor y sus diferencias. Os dejo las preguntas que se ha planteado la autora y protagonista y cosas que se ha cuestionado.
· ¿En la educación bicultural es necesario
proteger la inocencia infantil planteando fantasías de repartidores mitológicos
de Navidad: Nikolaus, Christkind, Papa Ñöel, los Reyes, etc… o no es necesario?
¿Hay que respetar todo, compaginar ambas culturas o no hace falta? Afirma que a los alemanes
les gusta pragmatizar lo antes posible y enseguida en relación a este tema realizan
las siguientes preguntas: ¿Va solo al colegio? ¿Se hace la cama por las
mañanas? ¿Está aprendiendo a leer? ¿A sumar? ¿A pensar? Pues ya es hora de que
deje de creer en fantasías disparatadas que luego no se pueden justificar y
comienza la desconfianza con las familias por haberlos tenido engañados
durante tanto tiempo.
· Se ha sentido una superwoman, porque ha tenido
que lidiar con la casa, con tres hijos, un marido bohemio, un trabajo remunerado, una cultura que consideraba que lo normal era
protestar, denunciar y una creencia la de ella de que esa no era una posibilidad
pues protestar negativiza a cualquiera y crea mal ambiente. Hay que aprender a
relegar noes al entorno y que de nuestra boca no broten prohibiciones.
·
Las superwoman son fuente de inspiración,
inagotables, de ilimitada diversión, etc..
· Hablando otra lengua al autóctono común le suele
llegar mal el mensaje, llega lo que llega, pues imagínate fuera de contexto y
con dobleces, teniendo que explicar y masticar… no lo entienden.
· El móvil, la aspiradora, lavadora, termomix…
proliferan porque estamos en una sociedad donde tenemos que hacer mil cosas a la
vez.
· Alemania es un país de calles limpias y pleno
empleo. El pan en Alemania es un
dispensado de creatividad e innovación. Blanco, negro, gris, con cereales, con
pipas, de yogur, etc…se cena pan pero se come sin él y se desayuna pan. La
salsa es la reina.
· La labor parental consiste en orientar y
escoltar y no tanto en imponer y manipular. Esta teoría es preciosa pero algo
ingenua y tiene que admitir excepciones. Porque todo va influyendo. La ropa,
sino te gusta cómo queda o si plantan rayas con cuadros, o que no hacen esto
porque se rien de él, o que tiene que tener esto porque… no se trata de que
para que los niños pongan el rosa no jueguen a policías y ladrones, ni a futbol
y lo hagan a bandilla y togo, pintar palos de rosa para que digan que el rosa
es de niños.
· ¿Sandalias con calcetines atentan contra nuestro pudor? ¿contra
nuestro concepto educativo? ¿ Y fomentar sin pudor los besos? o ¿Payasadas a
todas horas?.
·
El ritual del ratoncito Pérez. ¿Hay que hacerlo
o no?
· El caos, la decepción, el desencanto no puede
dominar la situación , a veces los intentos de educación responsable te quieren
acorralar pero he aquí que la sabiduría popular a veces lo hace todo bien y
acierta, a veces está bien laisser
faire, sentarse en el sofá y no intervenir, veras lo que ocurre cuando no
impartes justicia, como van a ir de igual modo a suplicar intervención materna
pero hay que controlarse y poner interés en que lo estás pasando bien y que
lees, escribes, etc.. acuden desconsolados, hazme, quiero, necesito, etc..
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