El Plan maestro es el titulo del libro de Javier Sierra, escritor y periodista que ganó el premio planeta en el año 2017 con la novela "el fuego invisible". Es un gran comunicador, nos dice que la historia está dentro de cada uno, que hay ese fuego invisible que te impulsa a la creatividad y ya desde abajo, desde pequeño conducía programas de televisión, colaboraba con revistas y ya se interesaba por todos los temas misteriosos, oscuros, secretos. Fué cofundador de la revista Año Cero y director de "Mas allá de la ciencia", que son de esas revistas que hablan dentro de la actualidad de lo raro, de lo que nadie se atreve a pronunciar ni a decir, de fenómenos y sucesos extraños, de enigmas.
Nos deja constancia el autor en el libro de la dimensión de la espiritualidad, de lo profundo y nos comunica su experiencia de vida. De nuevo compruebas que los libros no se hicieron solo para entretener y para divertirse, ni solo para saber la gramática, sino para conocer más dimensiones de la vida humana, y como trabajarlas, plantear actividades y así llevar a cabo como nos cuenta el escritor "el plan maestro".
Los libros hacen que la civilización avance porque permiten difundir los conocimientos, cada uno se queda con aquello que le parece importante para él, para su necesidad. En el escrito anterior, en el libro "Crece y hazte rico" se puede conocer la propia historia del autor y ver como la llevó a cabo, que fué para él exito y fracaso, como desarrolló sus potencialidades como seres inteligentes que somos, como creó nuevos conceptos, utilizó nuevas herramientas, y nos deja constancia de ello, en "La civilización del espectáculo" contribuye el escritor a darnos una visión más análita de la sociedad y de la literatura, desarrolla la dimensión personal y humanística de lo que significa trabajar para una misma y a la vez la sociopolítica como seres que somos sociales e interactuamos y queremos contribuir a un mundo mejor, trabajar por el bien común y darle esa noble belleza a la vida que tiene su encanto desarrollando la ética y la moral y ayudarnos así a reconocer lo más correcto.
Cada persona es aquí artista que trabaja por lo espectacular, de alguna manera por sobresalir y brillar en su campo, en el oficio y la profesión que desarrolla, es una trabajadora, tiene una cultura y se nutre de ella, además nutre y ayuda a los suyos, a la comunidad, a la ciudad, hay ese sentir conjunto y se colabora juntos a mejorar los procesos, las estructuras, el sistema, además de adquirir un tipo de relación y unos valores. Creo que las generaciones anteriores esperan esto de las nuevas, que sepan reconocer y mejorar la cultura en la que ellos eran expertos, que hagan ese esfuerzo, dediquen ese tiempo ya que se ve mejorada la vida a la vez en ese campo. Existe aquí el riesgo por una parte de que brille mas lo espectacular que lo sincero, lo noble, lo sencillo porque se busca como las empresas atraer, tener éxito, que motive y guste o como el deportista ganar la medalla, subir al podium, y esto no es fácil para todos.
Llama esto la atención y tiene que ver con el protagonismo de unos y otros, con proyectos, planes, liderazgos, a la vez hay una decepción en ese tipo de mejora, muchos se ven desposeidos y desviados a otros campos que en realidad no conocen y es más lento y mas dificil desarrollarlos, hay esa queja pero si saben contemplar esto y les gusta van allanando el camino de otra forma y se pueden sentir muy satisfechos, saben ver las ayudas como mejoras, y no verlo como una condena sino saber reconocer la visión común, y darse cuenta de la propia valía y que lleva a un buen camino y eso tiene que primar ante otras muchas cosas. La cultura, la educación, lo intelectual está en cada uno, es personal, se une al sentir, a lo emocional, a la sensibilidad, calidad, y a la vez a la adquisición de conocimientos.
Hay muchas corrientes de pensamiento sobre lo que significa ser espiritual, culto, ser intelectual, además de saber implica trabajar lo profundo y los valores que lleven a tomar decisiones conscientes, nobles, buenas y no solo para una misma sino a la vez para la solidaridad y el bien común, dar sentido a lo cotidiano, tener sabiduria. De alguna manera se quiere unir a lo pastoril, y al deporte, se une así a lo físico, a lo corporal y me hace volver al premio de Valdesoto como pueblo ejemplar, se quiere revalorizar esta acción de la tradición pastoril y ganadera, impulsar la práctica del salto como hacian los pastores a la vez utilizando ya las técnicas del deporte que se utilizan en atletismo, se une a la vez a la música, a los sonidos y a todo lo relacionado con la defensa del medio natural. Se entiende aquí esa parte pastoril que se une a la religión y a la cultura quizás más tradicional, y de un campo determinado donde los habitantes pueden ser muy trabajadores e inteligentes en ese campo pero torpes en otros muchos.
Hay una realidad censurable y es que la escuela, la educación, la cultura, tiene que ser para todos y no se puede unir ni a clases ni a castas porque siempre se va a estar en confrontación con lo común, con lo público, con la sociedad que se quiere y se busca, y con lo que hace que se mejore y se progrese y haya paz. Siempre va a existir este enfrentamiento realmente en la vida que genera una incertidumbre porque además para cada uno la cultura significa su propia construcción, el logro, un aprender, un aprendizaje por descubrimiento, existe una conciencia, y un aprender a mirar el mundo de otra forma.
Maria Montessori, Rousseau, la gran mayoría de pedagogos nos muestran que a la vez esto empieza en el aula, en la escuela, que es el lugar donde se aprende a cooperar con otros, a la vez a resolver los conflictos pacificamente, y desde donde y a partir "del corazón de cada niño brota la semilla de un futuro pacífico para todos" .
Javier Sierra trata con su libro de hacernos ver la dimensión espiritual y la dimensión estética, desarrolla estas dos dimensiones a través del arte, nos hace saber que la memoria, el pasado también es una trampa, un atajo, y que nos construimos a través de la memoria pero a veces los recuerdos no permiten construirnos bien, queda en la memoria cosas que no gustan y de las que se hace una mentira, yo esto lo vi en otros, cuando te relatan un suceso que apropian a otros cuando lo has visto en ellos, y lo que puede pasar "si se han contaminado de medias verdades, o aún peor, de mentiras inculcadas" es un engaño, pero aún así se puede reconocer ese hecho sucedido y lo puede identificar la persona como propio y aceptarlo y se pueden construir a partir de esa mentira, error, fracaso bien los conocimientos y ser más conscientes de la realidad.
Escribir es una forma de cuidar la memoria y no dejarse engañar, se convierte en una pasión y digamos en una obsesión porque se necesita repasar momentos, acontecimientos vividos y nos los hace saber el autor, nos cuenta de nuevo su propia historia de lo vivido, y como alguién le enseñó a abrir los ojos e interpretar de otra forma, nos dice que habitan entre nosotros seres así extraordinarios que nos ayudan, nos enseñan a elevar la conciencia hacía lo sublime, a cultivar esa grandeza de elevación extraordinaria en uno mismo, que nos guían en esa vocación y pasión que tenemos para desarrollar nuestro plan, cumplir bien nuestro camino, al menos como nos gusta, a la vez ayudan al mundo porque gracias a esto se amplian y desarrollan nuevos conceptos, esquemas, técnicas y herramientas incluso nos hacen ser expertos en algo que no pretendiamos.
Este tipo de guias son los maestros más extraordinarios que hacen ganar la confianza del alumnado y en ellos se consigue esa luz mediante los estudios y las conversaciones y de alguna manera hay ese aislamiento de estudio, de escritura que permita que se entienda. Nos da el autor un nuevo significado del concepto y de lo que significa ser "maestro".
El alumnado viene con un saber profundo en algo, se inicia así, ya con un saber, lo que significa que ya tiene conocimientos, el sentido de esto, lo que cada uno piensa que es alumnado aventajado, recalcar de nuevo el sentido de esto, no todos tienen el mismo interés en las mismas materias ni se preocupan de lo mismo, a veces la evaluación en una puede perjudicar para el desarrollo de otra en la que se es sublime, espectacular. Si esa evaluación es un fracaso ya nos dice mucho. Quizás esto hace la parte del espíritu incómodo y que la cultura del hoy arrastre. No obstante podemos pensar que hay un plan, me explico, yo estudié filologia francesa e idiomas modernos, pedagogía y ejercí como profesora de educación física, algo muy distinto de la especialidad que elegí en su día, de alguna manera me hice experta en algo que no pretendía pero necesario para mí, y solo así trabajando el cuerpo y lo físico pude ampliar los conocimientos en la cultura de la literatura y de la lengua, y trabajar lo mental, a la vez ver los distintos tipos de salud, de métodos y la pedagogía. En realidad pretendemos esto, primero estar sanos, estar bien, y si sabemos contemplar esto sin tanta queja observamos que sabemos allanar el camino de otra manera llegar en realidad a lo que buscamos y a construirnos mejor.
A la vez puede ser todo utilizado como distración, como divertimento, leer, escribir, hacer ejercicio, para mi fue todo trabajo, y un arte a desarrollar, y en él esta la inspiración, esa luz que te lleva a crear y a contemplar la belleza, como lo hacía el protagonista del libro, contemplar las obras de arte y ver lo misterioso, secreto, lo oculto, lo que parece que está por dentro, como decía el principito "lo esencial es invisible al ojo humano", la estética de contemplar, de saber interpretar y ver la belleza nos hace ir mas allá, además de trabajar toda la parte emocional, de sentir e identificar las emociones. Es aquí donde si estoy de acuerdo con el silencio en este tipo de sabiduria que parece como un ceder a las sombras antes de rechazarlas, aprender esto a saber contemplar, abrir los ojos, conocer el interior, lo que eres, haces, lo que protagonizas e investigas y poder conectarlo con la realidad, con tu vida. Hacer esta conexión coherente, por eso escribir es arte y magia a la vez porque da esta oportunidad de poder expresarse mediante la palabra y que yo de alguna manera tuve que trabajar igualmente la expresión del cuerpo, el lenguaje corporal a través de la educación física, es esto muy emocionante y bonito, mucho más porque te hace completar esto, la expresión dentro y fuera y de una forma coherente. De alguna manera profesionalmente desarrollé esta labor, la ciencia y lo espiritual, es un tipo de riqueza inmaterial, y miras y ves el mundo de otra forma y aspiras a poder transmitirlo así, hacer lo correcto y bien. Cada uno tiene su historia conectada.
Entiendo que esto es lo que se refiere Javier Sierra con el Plan Maestro, su historia conectada es la suya, la que nos comunica en el libro y como él la pudo reconocer en el museo, parece magia sino la alcanzas a comprender pero tiene su sentido, su significado. A veces somos cómodos, cansamos y nos instalamos en la ignorancia, en la pobreza, en la pereza y nos resignamos, y no es lo mejor.
Para finalizar lo hago con una frase de Gombrich y su teoría de la resonancia que nos trasmite la idea de otra forma de mirar y de enseñar, de saber comunicar los sentimientos, y de saber expresar lo que está en el interior de cada uno, y comentar que todo lo espiritual, la magia, estaba unido mas a lo sobrenatural que a la realidad, al misterio, a la ficción que a la propia vida, ya desde la antiguedad tenian los ancestros los saberes, la mitologia y con los años se ha sabido ver el significado de estas creencias y poder aplicarlas dando más sentido a la vida.
El plan maestro no es tiempo perdido ni entretenimiento, es sabiduría, es saber a través del tiempo, descifrar enigmas de la historia, a la vez es aprender a gestionar esto, a construirte, a saber lo que se siente al alcanzar este saber, lo mismo que siente el deportista al alcanzar la cima, al conseguir el podium, la estatuilla del noble, el oscar del actor, y saber alegrarse por este logro sin pensar que es el final, solo es una parte lograda, que da lugar a un nuevo comienzo para el siguiente curso de nuestro aprendizaje.
Ecuación: conocimiento + contemplación; solución. Gombrich
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