Manifiesto Ciborg

Este mes cumple años Donna Haraway, graduada en zoología y profesora emérita de la Universidad de California. Ha escrito "El manifiesto Ciborg". El sueño irónico de un lenguaje común para las mujeres en el circuito integrado. Fue premiada con altos honores pues "es la principal pensadora acerca de la relación amor-odio entre personas y máquinas". Sus ideas han llevado a muchos debates ya que argumenta acerca de una política multiespecies. Ella no puede silenciar lo que ve y utiliza la metáfora del ciborg para ofrecer así estrategias políticas ante ideologías dispares. 

Nos dice lo que es un ciborg y nos divide el concepto en cuatro partes . 

Un ciborg es

1. Un organismo cibernético.
2. Un híbrido de máquina y organismo.
3. Criatura de realidad social vivida.
4. Criatura de ficción.

La realidad social es un mundo cambiante de ficción nos dice, es una experiencia viva que cambia lo que importa. Los límites entre ficción y realidad son una ilusión óptica y por lo tanto nos lleva a percibir la realidad de formas distintas y asociadas a los efectos de la estimulación sensorial y cognitiva, cerebral donde interviene nuestra experiencia y conocimiento del mundo pero es como el cubo de Rubin que se perciben caras y colores diferentes siendo ilusiones distintas, así el ojo, el oído, el tacto, el gusto, el olfato, el cerebro, presentan formas distintas que pueden llevar a confusión y entrar en desorden llevando a querer interpretar las distintas visiones. 

Nos dice la autora que "la ciencia ficción contemporánea está llena de ciborgs". Y como ciborgs son animales y máquinas. Viven en la realidad, en mundos naturales pero también artificiales, ficticios. La medicina moderna también está llena de ciborgs. Es ficción que abarca nuestra realidad siendo un campo muy abierto con recursos muy fructíferos. 

Las cuatro partes que hace la autora acerca de los ciborgs sirven para el funcionamiento de las personas, y lo harián bien como organismos cibernéticos donde el uso de la tecnología les mejora las capacidades, como máquina y organismo que serían los teorizados, imaginación y realidad material y que unidos se transforman y se estructuran, según la experiencia y la realidad vivida con sus tradiciones y dominaciones y que son de progreso, y la ficción, el placer, la confusión y el esfuerzo por contribuir a la cultura siendo esta más utópica porque se busca un mundo más feliz y sin fin. 

Otras definiciones de ciborgs que nos da la autora son como seres no atados a ninguna dependencia, seres en el espacio que dependen del mito original, de la plenitud, y "de la madre fálica de la que todos los humanos deben separarse". Introduce aquí el psicoanálisis donde la madre es la que trae al hijo al mundo y que está presente en su cultura desde que nace, y nos remite a teorías brillantes tanto de Freud como de Lacan y es aquí donde cohabitan las caras y las máscaras diferentes y comienzan las historias, la mujer como madre y que ubica a los hijos, que les coarta su subjetividad nos dice el manifiesto, lo que significa la propiedad de sus percepciones, de sus argumentos y de sus lenguajes y que los basa en sus puntos de vista y por lo tanto están influidos por sus necesidades, intereses y deseos. Presenta aquí una figura de la madre mas bien negativa, de culpabilidad, castración, complejos y frustraciones, la madre y las carencias que transfiere a los hijos, la perspectiva infantil, las envidias y los celos, le da una responsabilidad negativa, de lucha, y muy global y general como que hay que apartarla del control de los hijos, sin ver la parte abnegada y de dedicación, de sentido a la vida, de cuidado y atención, de cultura que da y transmite, de cosecha y camino, compañia y sacrificio, de progreso y mejoría "el amor de la madre hacía los hijos" y dónde el padre abre las puertas a esta incertidumbre. 

El manifiesto nos amplia más y nos dice que los ciborgs se sitúan al lado de la parcialidad, de la ironía, de la intimidad, de la perversidad, que son opositivos y utópicos pero no inocentes, que no están estructurados por la polaridad público y privado, y que definen una polis tecnológica basada en la revolución de las relaciones sociales, de la célula familiar. Que no esperan ni sueñan con el jardín del edén, que no son irreverentes, pero necesitan conectar, tener un sentido natural de la asociación. 

Añade el manifiesto que los límites entre lo humano y lo animal tiene muchas brechas y que ni el lenguaje, el uso de herramientas, el comportamiento social, los acontecimientos mentales logran que la separación entre humano y animal sea convincente. Que mucha gente ya no siente esa necesidad y que muchas culturas conectan lo humano con otras criaturas vivientes. 

Sitúa tres brechas importantes, la primera la sitúa en la ruptura entre lo humano y lo animal, entre la naturaleza y la cultura, las ideologías, las disputas profesionales entre la vida y la ciencia social. Se centra aquí en las bestias placenteras. La segunda brecha es la existente entre animales, humanos y máquinas. Lo inquietante que puede resultar que las máquinas sean autónomas, siempre podrán estar encantadas, existir en ellas el espectro del fantasma, el espíritu y la historia. Que sean dependientes y solo imiten el sueño humano, siendo el humano aquí mas que un autor de sí mismo y autónomo una máscara, una caricatura, en realidad serían igualmente bestias placenteras. Y la tercera la centra en los límites entre lo físico y lo no físico. Y aquí sería igualmente parecida a la segunda pero con máquinas más modernas, con las consecuencias de las teorías y sus interacciones, pero igualmente tendría el mismo resultado. Todos buscarían el status quo. 

De acuerdo con su manifiesto y en relación a las mujeres se centra en lo que es "ser mujer" y nos dice que no hay nada en el hecho de "ser mujer" que una de una forma natural a las mujeres siendo todo mucho más complejo, ni en nombre del colectivo, del "nosotras" por eso la fragmentación entre las feministas y entre las mujeres e incluso el concepto de mujer es esquivo, resulta una excusa para dominarse entre ellas mismas. Hay una respuesta más de afinidad que de identidad. Aunque también considera un modelo esperanzador de identidad política en la nueva voz de esas mujeres que son capaces de leer hilos de araña de poder, lo que denomina Chela Sandoval  como "conciencia opositiva". Se trata del poder que tienen las personas "a quienes se les rehúsa una pertenencia estable en las categorias sociales de raza, sexo, o clase". Esa identidad se construye a partir de la otredad, de la diferencia, de la especifidad.

Donna Haraway ha realizado su tesis en Biología y da clases sobre estudios de ciencia y tecnología, de teorías feministas y estudios multiespecies. Ha dirigido más de 70 tesis. Ella tiene una amplia bibliografía entre la que cabe destacar "el mundo que necesitamos, el patriarcado del osito Teddy, las promesas de los monstruos, el manifiesto de las especies de compañia, ensayos sobre los miedos y fines del mundo y seguir con el problema" entre otros muchos escritos, y de ella nos dicen que "es la Tomás Moro del presente y nos recuerdan que decimos aceptar continuar en el mundo, preservar, mejorar relaciones y vínculos y de alguna manera contribuir con el pensamiento que llama "conciencia compartida·, el proyecto de una construcción social de la realidad, ver las relaciones de lo humano y de lo no humano, de la barbarie". 

Para finalizar comentar que en el manifiesto plasma que la naturaleza no se descubre sino que se construye socialmente y que está lleno de una gran energía intelectual donde se ven las posibilidades que hay de vivir como siempre pero pensando en una vida responsable y comprometida.